(EFE).- Unas diez mil personas, según los organizadores, se manifestaron hoy en el centro de la ciudad francesa de Niza para protestar contra la cumbre del G20 que arranca el jueves en Cannes y pedir el fin de la especulación financiera.
Al margen de la manifestación, un portavoz del ministerio francés del interior informó que por la mañana fueron detenidos tres españoles en las cercanías del aeropuerto de Niza, por llevar en su maletero pernos, piquetas, capuchas y máscaras de gas, y vestían camisetas con la inscripción “Black cross”, por lo que se les relacionó inicialmente con dicho grupo anarquista.
La marcha finalizó sin incidentes de importancia y la policía, que según fuentes locales desplegó unos 2.500 agentes, sólo tuvo que intervenir para apagar un colchón que algunos manifestantes habían prendido fuego.
En previsión de algún tipo de incidente, algunos comercios habían reforzado sus puertas y escaparates, incluso con placas de madera, aunque hasta el final de la manifestación no se habían producido incidentes graves.
Un portavoz de la organización antiglobalización ATTAC, la principal de las convocantes, Aurélie Trouvé, dijo a Efe que en la marcha hubo una gran “presencia internacional, representantes de decenas de organizaciones y movimientos, muchos de ellos llegados de fuera de Francia, en particular de países vecinos como Italia o España, pero también de Latinoamérica y de Estados Unidos”.
Trouvé recordó que los “indignados” españoles habían decidido hacer escala en Niza coincidiendo con la cumbre del G20 de Cannes en su marcha hacia Atenas, y también aludió a la presencia de representantes del movimiento estadounidense de ocupación de Wall Street.
Además del lema de la protesta, “Los pueblos primero”, en el desfile se corearon diversos eslóganes como “Alto a los planes de ajuste” en la línea del mensaje de las organizaciones convocantes de que la crisis quienes la tienen que pagar son especialmente el sistema financiero y los más ricos.
Muchos de los manifestantes portaban camisetas en las que se mostraban a favor de instaurar la “tasa Robín de los bosques”, en alusión a la llamada tasa Tobín para las transacciones financieras.
“Paremos la dictadura de las finanzas”, “Gravemos a las finanzas para un mundo mejor”, “Sí a la vida, no a la bolsa” y “No al acuerdo de libre comercio. Sí al impuesto a las transacciones financieras”, rezaban algunas de las pancartas que portaron los manifestantes.
Trouvé insistió en la propuesta de crear esta tasa (idea que está en el origen de la creación de ATTAC) y en la necesidad de luchar contra los paraísos fiscales.
Esta organización respaldó la decisión del primer ministro griego, Yorgos Papandreu, de convocar un referéndum sobre el rescate europeo, que calificó de “valiente”, aunque dijeron que tendría que este referéndum tendría que estar respaldado por un “verdadero debate”.
Los organizadores destacaron la falta de incidentes y el “buen ambiente”, al menos en las dos primeras horas de la manifestación.
Una vez finalizado el recorrido, estaba prevista una concentración festiva con intervenciones de diversos representantes de los movimientos que habían acudido a Niza y de alguna personalidad como el periodista Denis Robert, conocido en Francia por sus trabajos sobre la acción de los paraísos fiscales.
La manifestación convocada hoy es la primera de una serie de actos de protesta que las organizaciones activistas han convocado en paralelo a la sexta cumbre del G20, que se celebrará en Cannes el próximo jueves y viernes.
La cumbre reunirá a los jefes de Estado y de Gobierno de los 20 países que forman parte del grupo, entre ellos las siete naciones más industrializadas del planeta y algunos gigantes emergentes, como China o Brasil.
Durante la cumbre, los dirigentes tratarán de forjar un plan que permita reactivar el crecimiento económico, dada las claras señales de desaceleración que están mostrando las economías más avanzadas, como EE UU, Japón o Europa.
En la cumbre se hablará también de la necesidad de mejorar el sistema monetario internacional, y en especial de evitar las devaluaciones competitivas a las que recurren algunos países, y de los altos precios de los alimentos, entre otros temas.