(EFE).- Benedicto XVI preside hoy en la Basílica de San Pedro una solemne
ceremonia de Te Deum de Acción de Gracias por el año que finaliza y las
primeras Vísperas de la Solemnidad de María Madre de Dios, como es
habitual cada 31 de diciembre.
Una tradición que inició el papa Pablo VI en su “Marialis Cultus” y que
prosiguió Juan Pablo II con el rezo de Vísperas y el Te Deum en la casa madre de
los jesuitas, la Iglesia del Gesú, en tiempos en los que, durante su regreso al
Vaticano, los papas visitaban el pesebre de los barrenderos del barrio
de San Pedro.
Las ceremonias en la Iglesia del Gesú, donde está enterrado el fundador de la
compañía de los jesuitas, San Ignacio de Loyola, y el que fuera prepósito de la
misma el español Pedro Arrupe, fueron trasladadas a la Basílica de San Pedro
cuando Juan Pablo II se encontraba ya enfermo.
Durante las Vísperas se cantan los salmos y después Benedicto XVI
dirigirá su alocución, cuyo broche será el canto del Magnificat
entonado por la voces del coro de la Sixtina.
Tras la exposición y adoración del Santísimo ante el que orará Benedicto XVI
en imponente silencio de la Basílica, se procederá al canto del Te Deum de
Acción de Gracias, para luego finalizar con la Bendición Eucarística del papa
con el canto del Tantum Ergo, himno eucarístico compuesto por santo Tomás de
Aquino.
El Papa finaliza los actos con la visita, ya caída la tarde, al
gigantesco pesebre, este año de inspiración mariana y que evoca a Juan
Pablo II, instalado en la Plaza de San Pedro, donde los guardias suizos hacen
sonar el villancico alemán “Stille Nacht” (Noche de Paz), mientras el Obispo de
Roma reza.
A la ceremonia de hoy asistirá la corporación municipal en pleno, encabezada
por el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, que acude a saludar a su Obispo,
Benedicto XVI.
Mañana, el Papa alemán presidirá la solemne Misa de la Paz,
cuyo lema este año es “Educar a los jóvenes en la justicia y la paz” en la
festividad de María Santísima.