Un grupo de científicos mexicanos publicará
el año que viene en una revista especializada un hallazgo que podría cambiar la
comprensión del Alzheimer, y que han hecho gracias a estudios en el mayor banco
de cerebros de Latinoamérica, anunció hoy uno de los responsables del
proyecto.
En el artículo, que publicará en 2012 la revista europea "Acta
Neuropathologica", los científicos plantearán una interpretación nueva del
fenómeno de la fosforilación de la proteína Tau en el cuerpo de la neurona,
mediante la cual grupos de fosfatos se suman a esa proteína lo que termina por
plegar y matar la neurona.
Un nutrido número de investigadores de
distintas instituciones, encabezados por el científico mexicano Raúl Mena, del
Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), participan en el
estudio para el que disponen de alrededor de 120 cerebros.
El banco de
cerebros está ubicado en Ciudad de México, en el departamento de Fisiología,
Biofísica y Neurociencias del Cinvestav, y ahí se guardan cerebros seccionados
en mitades, una parte de las cuales se mantiene en ultracongeladores a 90 grados
bajo cero, y las otras sumergidas en paraformaldehído -una solución química- a
cuatro grados.
Con los más fríos, los expertos estudian las proteínas del
cerebro, y las enzimas que afectan a la proteína Tau, cuyo comportamiento
anormal es clave en el desarrollo de la enfermad.
El resto se somete a
estudios de inmunohistoquímica, en los que se analizan las lesiones
características que el Alzheimer produce en el cerebro, como las placas
neuríticas y el aumento de marañas neurofibrilares.
El banco de cerebros
se abrió en 1992 y a fecha de hoy se almacenan allí 18 cerebros mexicanos, unos
50 donados por un centro especializado de Cambridge, 20 de una organización
canadiense, 10 de una estadounidense, y unos 20 de Francia que son de personas
fallecidas con más de 100 años.
Algunos de los órganos fueron recogidos
apenas unas horas después de la muerte del paciente, lo que ha permitido a los
académicos trabajar con células relativamente frescas.
Una parte de los
análisis se ha centrado en el estudio temprano del proceso de fosforilación de
la proteína Tau en el cuerpo de la neurona, explicó en entrevista con Efe José
Luna Muñoz, profesor adjunto de Raúl Mena.
La teoría tradicional es que
un mecanismo tóxico de la neurona causa que la proteína Tau fosforilada (con los
fosfatos añadidos) dañe la neurona y cause su muerte.
En el artículo de
"Acta Neuropathologica", los investigadores mexicanos plantearán una
interpretación diferente de ese fenómeno, que en 2050 afectará a 113 millones de
personas, según datos de la Fundación Española de Enfermedades Neurológicas
(FEEN).
"Estamos sugiriendo que la fosforilación de la proteína Tau es un
mecanismo de protección de la neurona para que pueda tener un mayor tiempo de
vida", dijo Luna Muñoz.
Los científicos mexicanos encontraron que un
fragmento (o núcleo mínimo) de la proteína Tau, que se caracteriza por tener una
longitud de entre 92 y 95 aminoácidos y que termina en un ácido glutámico
específico, "es altamente tóxico".
Según Luna Muñoz, la proteína Tau en
el Alzheimer se rompe en esa posición del ácido glutámico, lo que desencadena la
fosforilación, que conduce a la muerte de las neuronas.
"Hay muy pocos
grupos de científicos en el mundo que están investigando ese núcleo mínimo, uno
Aberdeen (Inglaterra), otro en Alemania, y otro en Chicago", señaló Luna
Muñoz.
La propuesta del equipo mexicano puede "cambiar la manera en que
se trata de detener la formación de la maraña y la fosforilación con fármacos",
detalló el investigador.
A juicio del experto, es posible que al intentar
parar esos procesos "lo que se haga es potenciar más la formación de ese núcleo
mínimo".
"Lo que se debe buscar es ver qué esta truncando a la proteína
Tau. No se trata de combatir la fosforilación ni la maraña sino de que no se
produzca la partición en el núcleo mínimo", explicó.
Con el empleo de
ratones transgénicos, los científicos mexicanos están abocados ya a la tarea de
buscar cuál es la enzima que rompe la proteína Tau en ese fragmento de entre 92
y 95 aminoácidos de longitud.
Nueve expertos del departamento de
Fisiología, Biofísica y Neurociencias, cinco del Instituto de Neurología y
Neurocirugía de México, y cinco más del departamento de Biología Celular del
mismo Cinvestav participan en el proyecto.
EFE