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viernes, 23 de diciembre de 2011

Lukashenko justifica la aplicación de la pena de muerte en Bielorrusia


El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, justificó hoy la aplicación de la pena de muerte en Bielorrusia y prometió abolirla en caso de que lo haga EEUU.

"Hoy sigue siendo necesaria esa medida de castigo", dijo Lukashenko, considerado el último dictador de Europa, en conferencia de prensa.

"Lo quiera yo o no, independientemente de mi postura, para mi es la ley", dijo el máximo mandatario bielorruso, quien sin embargo admitió que todas las condenas perpetuas y penas de muerte en su país pasan por su "corazón".

Con todo, prometió abolir la pena capital siempre que antes lo haga EEUU.

"Que miren al otro lado del Atlántico, donde está su gran amigo (EEUU). Cuando allí la eliminen (la pena capital), lo haremos nosotros", declaro Lukashenko en alusión a la exigencia de la UE de que Bielorrusia derogue la pena de muerte.

De ser así, agregó, no sería para seguir el ejemplo de EEUU sino para evitar "dobles raseros".

Lukashenko recordó que la pena máxima existe en China y en los países árabes, de donde "extrae 'petrolito'" Estados Unidos.

"¿Por qué no les exigen abolirla?" recalcó Lukashenko.

La Justicia de Bielorrusia condenó a muerte a finales de noviembre a los dos autores del atentado terrorista con bomba perpetrado en abril pasado en el metro de Minsk, en el que murieron 15 personas y más de doscientas resultaron heridas.

La implicación de Dmitri Konoválov y Vladislav Kovaliov, declarados culpables de los atentados, planteó dudas a las organizaciones defensoras de los derechos humanos.

La explosión en el metro de Minsk tuvo lugar en hora punta en la céntrica estación de metro "Oktiábraskaya", no lejos de la residencia del presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko.

El KGB bielorruso detuvo a los supuestos autores apenas 24 horas después del atentado.

Bielorrusia es el único país europeo que aún aplica la pena de muerte, uno de los motivos por los que nunca ha sido miembro del Consejo de Europa.

EFE