Nosotros siempre sacamos nuestras estadísticas y entregamos un informe a
los medios de comunicación de todo un trabajo de monitoreo con
situaciones violentas, de fugas, de secuestros, de autosecuestros y también con
las recomendaciones para que las autoridades las tengan en consideración”,
aseguró, el Director del Observatorio Venezolano de Prisiones, Humberto
Prado.
También afirmó que “es la primera vez desde 1958 que mueren 560
personas en las cárceles del país y 1457 personas que resultaron
heridas durante el período de un año”.
“Durante la gestión de la Ministra Iris Varela han fallecido 223
reclusos en nuestras convulsionadas cárceles”, informó.
“La polarización y partidización del problema carcelario se ha hecho
evidente, y es ilógico, ya que estamos hablando de seres humanos, y es
un problema que compete a todos”, comentó Prado.
Prado también resaltó que: “Lo triste es que pareciera que esto no
importara, ya que el Gobierno Nacional maneja un doble discurso, casi
que lloran cuando aparecen en televisión con el interno, pero no hay una acción
contundente para frenar la guerra dentro de las prisiones”.
Prado criticó al Gobierno, al que considera intransigente al momento de
recibir críticas por parte de las organizaciones no gubernamentales, a las que
acusa de contrarrevolucionarios.
“La gestión actual tiene 13 años, y no justifico a los gobiernos
anteriores, pero antes de 1999 teníamos 24 mil internos, de los cuales
10.000 fueron beneficiados por la aplicación del Código Orgánico
Procesal Penal, y era ese el momento en que se tenía que clasificar a
la población penitenciaria, pero no se hizo, y por el contrario, el aumento de
la población privada de libertad llegó a triplicarse”, destacó Prado.
Actualmente Prado indicó que hay una capacidad para albergar a cerca de
15.000 internos, pero hoy en día están recluídos cerca de 45.000
privados de libertad, lo que se traduce en un aumento de 300% de la
población con respecto a 1999.
“Hay que construir cárceles para garantizarle a los reos
acceso a la salud, educación y alimentación, así como obligatoriamente planes
para su reinserción a la sociedad”, aseveró.
“Lamentablemente nuestras cárceles se han convertido en depósitos de hombres
y universidades para el delito”, enfatizó.