El periodista Eleazar Díaz Rangel en su columna de este domingo titulada “Corrupción en el Táchira” y publicada en el diario Últimas Noticias se refiere a las recientes denuncias realizadas en contra del gobernador de la entidad, César Pérez Vivas.
En tal sentido, considera que se trata de “una cifra cuantiosa, más de Bs 4 millardos que se repartieron algunos de esos funcionarios” por lo que “basta ser honesto para indignarse frente a hechos como estos”.
Asimismo, se refiere a la salud del Primer Mandatario nacional y señala que “ya no sorprenden el fervor religioso, el cariño y la adhesión de tantos rogando por la salud del Presidente, aquí y en el exterior”.
Lea a continuación la columna completa:
Antes que en ninguna otra jurisdicción electoral, fue en Táchira donde surgió lo que por ahora es un grupo que recoge firmas en el seno opositor para que el candidato a la Gobernación sea escogido en unas elecciones primarias regionales. Andan en eso, y seguramente tendrán un impulso con las graves denuncias de corrupción en ese gobierno, que ya tiene a varios de sus altos funcionarios de la Dirección de Personal detenidos, y la comisión respectiva de la Asamblea Nacional acaba de recibir la formal denuncia de una calificada diputación tachirense.Estamos hablando de una cifra cuantiosa, más de Bs 4 millardos que se repartieron algunos de esos funcionarios, todos, se supone, de confianza del gobernador Pérez Vivas, y otras 16 personas beneficiadas que, sin formar parte de esa dependencia, recibieron buenas tajadas.No sé cómo la MUD podrá detener esa reacción presentada en varios municipios tachirenses contra la escogencia consensual del candidato a la primera magistratura en la cúpula opositora en Caracas; reacción que inevitablemente estará reforzada ahora con el conocimiento de los variados vicios de corrupción cometidos por cantidades multimillonarias, en apenas un mes, que, supongo tendrá sorprendidos a los tachirenses, de uno y otro campo. Basta ser honesto para indignarse frente a hechos como estos.Prensa en Ecuador
El presidente Rafael Correa emitió una amplia declaración sobre el sonado caso de su acusación y posterior sentencia contra el diario El Universo y algunos de sus redactores, a propósito de su anuncio de retirar las acusaciones respectivas y de perdonar a quienes lo habían injuriado. Como recordarán, este caso fue presentado por las agencias noticiosas y los servicios informativos de la TV como una nueva agresión a la liberad de prensa.La declaración contiene una amplia e interesante narrativa sobre el juicio (“duro, tenso, extenuante, con que han esgrimido las más canallescas herramientas”, Correa dixit) sobre las sucesivas confirmaciones de la sentencia original, y el tratamiento sesgado en los grandes medios, y una parte bastante crítica de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y en particular de una de sus partes, EEUU, que preside la comisión de libertad de prensa, no obstante, que ese país no firmó la convención correspondiente sobre derechos humanos. De paso, plantea la necesidad de transformar el sistema interamericano, que evidentemente no se corresponde con los cambios habidos en la región.En sus conclusiones, el Presidente ecuatoriano plantea tres puntos: primero, queda demostrado que El Universo mintió y no accedió a rectificar, ni concedió el derecho a réplica; segundo, que los responsables no son únicamente los periodistas autores de los artículos, sino el medio; y tercero: “Lograr que los ciudadanos de Ecuador y de toda América superen el miedo a esa prensa que actúa de manera corrupta y abusiva”, y que se puede enjuiciar y vencer el abuso del poder mediático.Me voy a permitir discrepar del presidente Correa respecto de esa última conclusión suya. Si él mismo reconoce que ningún diario de América solicitó su versión de los hechos; es decir, que se limitaron a reproducir lo que transmitían las agencias cuyas versiones favorecían a los acusados y presentaron las acusaciones, el juicio y la sentencia como atentados a la libertad de prensa, parece ingenuo suponer que la opinión pública en América Latina se muestre contraria a las posiciones de los acusados. Creo que si se levantara una encuesta en la región sobre este caso, la mayoría opinaría que es una agresión a la libertad de expresión.El documento de Correa debería distribuirse entre periodistas y medios, y la Federación Latinoamericana de Periodistas podría difundirlo entre sus organismos afiliados, e incluso ser tema de alguno de los eventos que periódicamente organiza. Se trata de un importante aporte a la discusión sobre una materia de permanente actualidad, que desconozco las razones por qué nunca ha aparecido en las agendas de Unasur ni del Alba.Ya no sorprenden el fervor religioso, el cariño y la adhesión de tantos rogando por la salud del Presidente, aquí y en el exterior (en Puerto Rico también hubo una misa, me cuenta Sevillano), mientras Chávez aparece en La Habana tomando decisiones, pendiente de lo que ocurre en su gobierno y entre sus gobernados, y aquí, su gabinete movido en plena actividad.Como una nueva provocación de Inglaterra puede ser calificado su anuncio de crear un escudo en las islas Malvinas, pero también va en el sentido oportunamente denunciado en el Consejo de Seguridad de la ONU por la presidenta Cristina Fernández de militarizar el Atlántico sur. Como ya no se trata de un problema argentino, extraña una declaración de Unasur.Los cuadernos de la MUD pasarán a la historia política venezolana. Se suponía que debían ser destruidos 48 horas después de la primarias, tiempo suficiente para recibir las impugnaciones que hubiere; pero ahora, después de la decisión del TSJ de solicitarlos, la comisión electoral “no pudo” entregarlos porque ya habían sido quemados, antes de esas 48 horas. ¿Cómo se enteró tan rápidamente después de la solicitud que habían sido quemados? Se deduce que si se debían destruir dentro del plazo de 48 horas, realmente no había un período para las impugnaciones. Quemar los cuadernos inmediatamente después de cerrada la votación era cumplir con el Reglamento, aunque negara el derecho a impugnar.¿Las encuestas no dan votos? Así se dijo en el oportuno, nutrido de expertos y revelador foro de Últimas Noticias. Es bastante relativo. Vieja es la consigna de “votar a ganador”, que ustedes habrán escuchado muchas veces. ¿Y cómo se ha formado esa imagen de “ganador” si no es por la coincidencia de varias encuestadoras, que darían apreciable ventaja a uno sobre todos los demás? En esas condiciones, es lógico suponer, y así en efecto ocurre, que muchos electores, particularmente del porcentaje de indecisos o indefinidos, resuelva votar por quien se supone ganará según las encuestas que lo muestran como seguro victorioso, hacerlo de otra manera es perder su voto. De suerte que en esas circunstancias, las encuestas sí dan votos.
Los Domingos de Díaz Rangel
Corrupción en el Táchira
por Eleazar Díaz Rangel
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