El número de investigaciones por amaño de partidos en el calcio italiano alcaza 150. Luego de la detención de 19 personas en el escándalo que ha estremecido al deporte, ahora han aparecido las trascripciones de comprometedoras llamadas telefónicas entre jugadores durante el campeonato.
La Gazzetta dello Sport revela hoy varias de esas conversaciones, y sobre todo una entre el narcotraficante Safet Altic y el exjugador del Milan Kakha Kaladze. La plática ocurrió en mayo de 2011. Hoy, un año entero después, Altic está preso por drogas y es investigado por apuestas ilegales mientras que Kaladze está retirado y se dedica a la política en Georgia, su país natal.
Esta es fue la conversación, cifrada con palabras claves como relojes o puertas.
Altic: ¿Kala?
Kaladze: Sí. Hola. ¿Dónde estás?
A: ¿Estás comiendo?
K: No, no, yo no.
A: Vale, pues en una hora estoy allí.
K: Ok, llamo.
A: Vale, pero tú y yo es mejor que nos veamos un poco más lejos, que si no… ¿entiendes?
Poco después Altic habla con otra persona, conocida de la policía por haber participado con anterioridad en tramas de apuestas ilegales. Los investigadores saben el nombre, pero no lo han hecho público. Según el juez, de esa conversación “se entiende la razón del encuentro con Kaladze al que le corresponden 50.000 euros por la compra de puertas”.
Altic: Dime Fio.
Desconocido: ¿Qué tal hermano?
A: Bien, tengo que salir ahora. Te llamo yo que tengo que arreglar un par de asuntos, así…
D: Espera, solo un segundo, para lo de la historia de los 50.000 euros de las puertas que tengo gente aquí.
A: Yo voy a ver a Kaladze ahora. Estoy yendo a Milán donde Kaladze, que se está comprando todas las puertas el solito. Me voy y te llamo.
En otras de las escuchas sale también Sculli hablando con Altic.
S: Safet ¿qué tal?
A: Bien, ¿y tú? ¿qué ocurre?
S: Nada estoy aquí en Milán
A: ¿Todavía?
S: No bajo. No bajo porque no puedo, estoy sin coche. ¿Con qué coche bajo? El otro tenía que habérmelo entregado hoy, pero me lo entrega el jueves [el coche], el Q5 de Michela.
A: …
S: Vale, pues venga, vente y hablamos de eso. Hablamos. ¿Qué más quieres que te diga? Ven que te tengo que dar el reloj. Te estoy diciendo, ah pero para nada, sí sí te tengo que dar el reloj pero no tengo el coche, cómo hago si no tengo coche? ¿Si qué? Ahora voy, lo miro y te vuelvo a llamar.