El expresidente egipcio Hosni Mubarak, deprimido y acompañado por su mujer, que vestía de luto, siguió ayer por televisión la primera jornada de las elecciones presidenciales desde el hospital en el que está ingresado en El Cairo, informa hoy el diario independiente Al Tahrir.
Una fuente médica, citada por el periódico, aseguró que Mubarak, de 84 años, permaneció en su cama intubado y que se deprimió cuando vio a su mujer vestida de negro por considerar que ayer fue el peor día de la historia de su familia.
Los facultativos del Centro Médico Internacional en El Cairo indicaron a la esposa de Mubarak, Suzan, que al haberle visitado vestida de luto le había causado un deterioro de su estado psicológico, agrega el rotativo.
Mubarak, de 84 años, quiso seguir el desarrollo de los comicios por la televisión, aunque le costó convencer a sus médicos. "Quiero la televisión significa que quiero la televisión", les dijo, según Al Tahrir.
El ex jefe de Estado renunció al poder el 11 de febrero del 2011, tras dieciocho días de revueltas populares y después de tres décadas en el poder.
"Después de mí, ningún presidente permanecerá en Egipto", auguró Mubarak mientras veía ayer la televisión, según la fuente médica que cita el diario.
Las medidas de seguridad se intensificaron en las inmediaciones del hospital donde está ingresado el ex jefe de Estado, a quien también visitaron ayer las mujeres de sus dos hijos, Alá y Gamal, ambos encarcelados en la prisión de Torá, añadió la fuente.
Los médicos que atienden a Mubarak todavía le llaman "al rais" (el presidente) y a su mujer, primera dama, cuando va visitarle, según la fuente.
Está previsto que el próximo 2 de junio la corte que juzga a Mubarak desde hace más de seis meses pronuncie la sentencia por su presunta implicación en la masacre de manifestantes y en casos de corrupción.
Una fuente médica, citada por el periódico, aseguró que Mubarak, de 84 años, permaneció en su cama intubado y que se deprimió cuando vio a su mujer vestida de negro por considerar que ayer fue el peor día de la historia de su familia.
Los facultativos del Centro Médico Internacional en El Cairo indicaron a la esposa de Mubarak, Suzan, que al haberle visitado vestida de luto le había causado un deterioro de su estado psicológico, agrega el rotativo.
Mubarak, de 84 años, quiso seguir el desarrollo de los comicios por la televisión, aunque le costó convencer a sus médicos. "Quiero la televisión significa que quiero la televisión", les dijo, según Al Tahrir.
El ex jefe de Estado renunció al poder el 11 de febrero del 2011, tras dieciocho días de revueltas populares y después de tres décadas en el poder.
"Después de mí, ningún presidente permanecerá en Egipto", auguró Mubarak mientras veía ayer la televisión, según la fuente médica que cita el diario.
Las medidas de seguridad se intensificaron en las inmediaciones del hospital donde está ingresado el ex jefe de Estado, a quien también visitaron ayer las mujeres de sus dos hijos, Alá y Gamal, ambos encarcelados en la prisión de Torá, añadió la fuente.
Los médicos que atienden a Mubarak todavía le llaman "al rais" (el presidente) y a su mujer, primera dama, cuando va visitarle, según la fuente.
Está previsto que el próximo 2 de junio la corte que juzga a Mubarak desde hace más de seis meses pronuncie la sentencia por su presunta implicación en la masacre de manifestantes y en casos de corrupción.
EFE