Fue el 7 de septiembre del año pasado, mientras cumplía sus labores como especialista en desactivar explosivos en Afganistán, que al exsoldado estadounidense le explotó una bomba casera en la cara y quedó ciego.
Casi un año después, Snyder le grita al mundo que todo es posible al obtener su segunda presea dorada en los Paralímpicos y su tercera medalla en general.
Este viernes obtuvo una medalla de oro en los 400 metros estilos. Mientras que hace unos días consiguió también vestirse de dorado en los 100 metros estilo crol.
"Es un honor, un privilegio estar aquí sirviendo a mi país, aunque de otra forma a la que acostumbraba. Mi presencia puede servir de inspiración a otros en esta situación, para que vean que se puede salir adelante. Sé por experiencia lo que supone que la vida te cambie de un día para otro, pero también que hay que luchar cada día", dijo Snyder.
EFE