El vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, y la periodista Claudia Fernández celebraron hoy una inédita boda con ritos indígenas en un templo al aire libre de la ciudadela prehispánica de Tiahuanaco, previa a sus matrimonios católico y civil de mañana.
La boda de García Linera, de 49 años, y Fernández, de 24, fue oficiada en el templo de Kalasasaya por los aimaras de Tiahuanaco, a la que asistió el presidente Evo Morales, quien en 2006 y 2010 usó el mismo lugar para ceremonias previas a su juramento como mandatario.
Es la primera vez que una pareja no indígena se casa en medio de esas ruinas, que son el principal centro arqueológico del país, a 71 kilómetros de La Paz, con centenares de invitados, entre ellos varios diplomáticos.
La ceremonia fue dirigida por cuatro amautas (sacerdotes indígenas), dos hombres y dos mujeres, que prepararon una ofrenda en un pequeño altar con fuego encendido a la "Pachamama" o "Madre Tierra" y encargaron a la pareja "caminar juntos para siempre".
"En nuestra tradición, en este camino no hay separación. La Madre Tierra, el Padre Sol, el Padre Cosmos son los que van a unir (...) Nunca se van a dividir, ahora están juntos y van a caminar juntos siempre", dijo una de las amautas.
Los sacerdotes indígenas les hicieron beber agua recogida de dos ríos "que se juntan en un solo lugar" e invocaron a las deidades andinas bendiciones y prosperidad para la pareja.
También les regalaron una "chuspa", una bolsa de "aguayo", tela de colores tejida a mano por los pueblos quechuas y aimaras, y el "tari", una especie de manta del mismo material, que forman parte de la vestimenta de hombres y mujeres aimaras, respectivamente.
La pareja recorrió a continuación algunos lugares de la ciudadela prehispánica, como la pirámide de Akapana, y paseó en una balsa de totora (especie de junco que crece en el lago Titicaca) en una laguna cercana al complejo arqueológico.
García Linera vistió un traje oscuro de paño, similar al que suele vestir el presidente Morales, compuesto por pantalón y una chaqueta adornada con tiras de "aguayo" y motivos andinos.
En tanto que Fernández lució un vestido blanco y largo, tejido en lana de baby alpaca y diseñado por el francés Jean Francois García, que se inspiró en los trajes de las antiguas reinas incas, según explicó el diseñador a la red Uno, medio en el que trabaja la presentadora de noticias.
En el pueblo de Tiahuanaco, les aguardaban centenares de invitados, entre ellos, los Premios Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel (1980) y Rigoberta Menchú (1992), además de ministros, parlamentarios oficialistas, diplomáticos, reinas de belleza y líderes sindicales leales al Gobierno.
La pareja y los aimaras de Tihuanaco organizaron luego una fiesta para miles de personas en la plaza principal del lugar, en la que el platillo principal era la sencilla comida "ají de fideo", elegida porque es el plato consumido sobre todo por pobres.
El vicepresidente y la periodista recibieron toda clase de regalos, incluidos una pareja de llamas del gobernador de La Paz, el oficialista César Cocarico, y un portabebé, de parte de Morales que bromeó con el obsequio.
"A nombre personal, gracias a Tiahuanaco por hacer casar a nuestro hermano Álvaro con Claudia. Estoy muy contento, muy feliz y un pequeño regalito, deseando que nuestro Álvaro tenga lo más pronto posible un bebé", dijo el mandatario a la red Uno. EFE
La boda de García Linera, de 49 años, y Fernández, de 24, fue oficiada en el templo de Kalasasaya por los aimaras de Tiahuanaco, a la que asistió el presidente Evo Morales, quien en 2006 y 2010 usó el mismo lugar para ceremonias previas a su juramento como mandatario.
Es la primera vez que una pareja no indígena se casa en medio de esas ruinas, que son el principal centro arqueológico del país, a 71 kilómetros de La Paz, con centenares de invitados, entre ellos varios diplomáticos.
La ceremonia fue dirigida por cuatro amautas (sacerdotes indígenas), dos hombres y dos mujeres, que prepararon una ofrenda en un pequeño altar con fuego encendido a la "Pachamama" o "Madre Tierra" y encargaron a la pareja "caminar juntos para siempre".
"En nuestra tradición, en este camino no hay separación. La Madre Tierra, el Padre Sol, el Padre Cosmos son los que van a unir (...) Nunca se van a dividir, ahora están juntos y van a caminar juntos siempre", dijo una de las amautas.
Los sacerdotes indígenas les hicieron beber agua recogida de dos ríos "que se juntan en un solo lugar" e invocaron a las deidades andinas bendiciones y prosperidad para la pareja.
También les regalaron una "chuspa", una bolsa de "aguayo", tela de colores tejida a mano por los pueblos quechuas y aimaras, y el "tari", una especie de manta del mismo material, que forman parte de la vestimenta de hombres y mujeres aimaras, respectivamente.
La pareja recorrió a continuación algunos lugares de la ciudadela prehispánica, como la pirámide de Akapana, y paseó en una balsa de totora (especie de junco que crece en el lago Titicaca) en una laguna cercana al complejo arqueológico.
García Linera vistió un traje oscuro de paño, similar al que suele vestir el presidente Morales, compuesto por pantalón y una chaqueta adornada con tiras de "aguayo" y motivos andinos.
En tanto que Fernández lució un vestido blanco y largo, tejido en lana de baby alpaca y diseñado por el francés Jean Francois García, que se inspiró en los trajes de las antiguas reinas incas, según explicó el diseñador a la red Uno, medio en el que trabaja la presentadora de noticias.
En el pueblo de Tiahuanaco, les aguardaban centenares de invitados, entre ellos, los Premios Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel (1980) y Rigoberta Menchú (1992), además de ministros, parlamentarios oficialistas, diplomáticos, reinas de belleza y líderes sindicales leales al Gobierno.
La pareja y los aimaras de Tihuanaco organizaron luego una fiesta para miles de personas en la plaza principal del lugar, en la que el platillo principal era la sencilla comida "ají de fideo", elegida porque es el plato consumido sobre todo por pobres.
El vicepresidente y la periodista recibieron toda clase de regalos, incluidos una pareja de llamas del gobernador de La Paz, el oficialista César Cocarico, y un portabebé, de parte de Morales que bromeó con el obsequio.
"A nombre personal, gracias a Tiahuanaco por hacer casar a nuestro hermano Álvaro con Claudia. Estoy muy contento, muy feliz y un pequeño regalito, deseando que nuestro Álvaro tenga lo más pronto posible un bebé", dijo el mandatario a la red Uno. EFE