Descubra cómo perder peso tras la menopausia
Perder peso con rapidez y ganarlo con la misma facilidad es el problema más común al que se enfrentan cada día miles de personas a dieta, sobre todo en las mujeres que han cruzado la línea de la menopausia.Los kilos que se pierden con sudor y lágrimas vuelven a acumularse a la mínima desviación de la dieta. Los cambios que lleva aparejada la menopausia provocan un aumento de peso directo aunque no se coma más. En esta etapa se reduce el gasto energético y aumenta el apetito a medida que las hormonas femeninas disminuyen.
Para combatir esta tendencia natural al sobrepeso, un grupo de investigadores propone un cambio de estrategia y recordar a las mujeres que lo que funciona a corto plazo, no permite mantener un peso sostenido.
La investigación de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) se publica en el último número del «Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics». Su propuesta es: incrementar el consumo de frutas, hacer ejercicio moderado de forma regular, cambiar el menú de carne y queso por pescado, tomar más cereales y huir de los fritos y los azúcares, entre otras medidas. Los resultados tardarán en verse pero mejorarán con el tiempo.
La autora principal del estudio, Bethany Barone, reconoce que las mujeres lo tienen todo en contra para mantenerse delgadas a partir de los 50 años. «El gasto energético natural se reduce, aumenta el apetito y además cuando se pierde peso aumentan los deseos de comer».
Por eso no funcionan los tratamientos tradicionales contra la obesidad basados solo en la ingesta calórica con los que solo se consigue una pérdida a corto plazo. La investigación, realizada con 508 mujeres seguidas durante cuatro meses, permitió acotar los cambios de hábitos y estrategias con los que mantenerse delgadas.
¿Adiós a las patatas fritas para siempre?
Sus resultados muestran que a corto plazo lo que mejor funciona es eliminar los postres dulces (pasteles, helados, tartas..), beber menos refrescos y zumos azucarados, comer menos pescado y evitar los restaurantes. Después de cuatro años, comprobaron que comer y beber menos dulces seguía ayudando a mantener el peso. Sin embargo, optar por una dieta más rica en frutas, verduras con menos carne y queso aparecía como la mejor estrategia para ganarle la batalla al sobrepeso. A los cuatro meses, salir menos a comer y cenar en restaurantes no parecía una medida muy relevante en el estudio.
Para Barone Gibbs, la investigadora, la clave está en reconocer que huir del placer de unas patatas fritas «no es sostenible a largo plazo». «Al comenzar una dieta puedes decirte a tí misma "nunca volveré a tomar un trozo de pastel" y adelgazar, pero es muy duro renunciar a eso toda la vida. Es más fácil hacer pequeños cambios como comer más cereales y verduras».
