La canciller alemana Angela Merkel viaja este lunes a Portugal para apoyar las medidas adoptadas por el país, bajo asistencia financiera internacional y que al mismo tiempo recibe a una nueva misión de evaluación de sus acreedores, en un contexto de creciente descontento social.
Varias manifestaciones están previstas el lunes por la tarde en protesta contra la visita de Merkel, considerada el símbolo de la dura cura de austeridad implementado por el gobierno portugués, bajo la tutela de los acreedores (FMI, UE, BCE).
"Desde luego un programa de este tipo suscita un gran debate, pero el gobierno (de Lisboa) demuestra mucho valor al adoptar esas medidas", declaró Merkel en entrevista a la televisión portuguesa RTP, divulgada el domingo por la noche.
"Es un proceso largo y duro, sé que exige muchos sacrificios", admitió la canciller, quien afirmó que de momento "no hay razones para una renegociación" del programa de saneamiento portugués, como algunos defienden, ni es necesario un segundo plan de ayuda, como especulan ciertos analistas.
La canciller, que viajó recientemente a España y Grecia, otros dos países duramente golpeados por la crisis de la deuda, será recibida por el presidente de la República Anibal Cavaco Silva y luego se entrevistará con el primer ministro Pedro Passos Coelho.
Al mismo tiempo, representantes de la Comisión Europea, del Banco Central Europeo (BCE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI) inician su sexto examen trimestral del programa de austeridad y reformas negociado con Portugal en mayo de 2011, a cambio de un préstamo de 78.000 millones de euros.
Del resultado de la misión, de más o menos una semana, dependerá la entrega a Portugal de un nuevo tramo de ayuda de 2.500 millones de euros.
Entretanto, las protestas han crecido en los últimos días de forma incesante, con importantes manifestaciones de policías y luego de militares, aunque el país no ha conocido hasta ahora enfrentamientos violentos.
AFP