El 27-N de 1992 en las palabras de Freddy Bernal: Con una carta patriótica me sumé a Chávez
Hablar de revolución, rebelión, golpes de Estado y sueños de una Venezuela mejor, resume en parte la historia contemporánea de nuestro país, y es la convicción de muchos que todavía siguen entre nosotros. A algunos la vida les da la oportunidad de contar su historia y hoy es el turno de Freddy Bernal.
Resumir su vida fue un reto, y este reportaje pretende darle voz al hombre que durante muchos años fue perseguido y señalado como golpista, hoy defiende la democracia ante todo, y reconoce que la vía electoral “es la única manera de conquistarla, es la mejor arma”.
1981 “el año en que abrí los ojos y quise un cambio para mi país”
Conmemorando los 20 años de la asonada cívico-militar del 27 de noviembre de 1992, uno de los protagonistas de ese día fue el ex comandante del Grupo Ceta de la Policía Metropolitana, Freddy Bernal. “La PM tuvo la oportunidad histórica de reivindicarse ante los venezolanos. Aunque nuestra acción fue frustrada porque nos delataron”.
Una suma de acontecimientos lo llevó a vivir ese episodio, considerado un fracaso para algunos y un éxito que cambió el rumbo de la historia para otros. Pero mucho es el camino que recorrió e inicia en el año 1981.
“Cuando llegué a la Efofac (80-81) me di cuenta del deterioro que había dentro de la institución y enseguida me dieron de baja, pues mi actitud a veces desafiante ante las irregularidades de las que era testigo no pasaron desapercibidas. Luego entré en la Escuela de Cadetes de la Policía (81 al 84) y seguí igualito”.
Cuenta que junto a varios jóvenes “comenzamos a analizar el deterioro del país, y hubo varios signos, había estallado el problema del tráfico de armas con Margol, se había fugado del país el ministro de la Defensa Tomás Abreu Rascanieri por corrupción, había un escándalo por unas caraotas que habían traído de África, osea había un desgaste moral y sobretodo en la Fuerza Armada Nacional”.
“Entonces esos muchachos comenzamos a analizar cómo estaba el país en esa época y decidimos crear un movimiento rebelde y el 16 de julio de 1981, lo fundé, junto con cinco miembros más, pero sin saber que existía Chávez”, para la época Bernal tenía 19 años de edad. “Decidimos crear este movimiento dentro de la Fuerza Armada de la Policía que años después cambiaría el curso de los acontecimientos”.
“Yo era el número 1 de mi promoción, el de más alto índice académico, era el presidente del Consejo de Honor de la Promoción, presidente de la Sociedad Bolivariana, y era el Alférez mayor de la Promoción, todos los rangos de mérito los tenía, pero los ojos estaban puestos en mí, me veían como un revolucionario que podía traer problemas”.Durante los años Freddy Bernal siguió su movimiento “pero faltando un mes para graduarme me hacen un Consejo de Honor porque se sospechaba que yo pertenecía a Bandera Roja, pero era falso, yo ni sabía qué era, yo no venía de ningún partido de izquierda, ni nadie me estaba metiendo cosas en la cabeza ni nada por el estilo. Entonces en el Consejo de Investigación deciden darme de bajaporque en caso de dudas ‘se favorece a la institución, no podemos probar nada, pero tú estás metido en algo’. Esa era la lógica de la IV República”.
En su despacho en el centro de Caracas, Bernal rememoró y recordó con nostalgia a su padre. “Mi papá un viejo fundador de la Guardia Nacional, él se movió con un amigo que había llegado al rango de General y éste se presentó en la escuela de cadetes a defenderme, entonces deciden graduarme, pero con una condición: degradarme del primero al último lugar de la Promoción, del 1 al 79, pararme 10 metros detrás de la formación después del último, quitarme las tres estrellas y una promesa, ‘usted se queda como los tres monos sabios, usted en adelante no ve, no oye y no habla en la Policía’. Dije que sí prometía, pero solo para graduarme, pero la semilla de insurrección ya estaba sembrada en mí”.
“Seguí conspirando y empecé a formar el Movimiento Bolivariano por la Dignidad Policial, a todas estas yo no sabía quién era Chávez, ni que existía, como yo era instructor de Operaciones Especiales a cualquier lado cuando yo iba como instructor formaba mi núcleo. Yaracuy, Zulia, Cojedes, Mérida, Anzoátegui y Caracas, donde yo iba sembraba la raíz conspirativa, que estaba fundamentada en la lucha contra la corrupción policial que era desmedida y lo denunciábamos por radio, prensa y televisión, pero clandestino. Colocábamos panfletos, le amargábamos la vida a los jefes de la policía”, aseguró.
Un episodio de la vida de Bernal que pocos conocen
“Yo me crié en la casa de Marcos Pérez Jiménez, el ex dictador, porque mi papá era un hombre muy humilde. Él era conserje de la casa de Pérez Jiménez en San Cristóbal. Yo me crié allí, en las reuniones del partido Cruzada Civil Internacionalista escuchaba la corrupción de Acción Democrática y Copei y como los Perezjimenistas trabajaban permanentemente para dar un golpe de Estado”.
Personalmente Bernal revela que lo conoció a los 6 años. “Marcos Pérez Jiménez, él entró de manera clandestina al país y fue a esa casa, yo lo admiraba muchísimo, recuerdo como si fuera ahorita que me tocó la cabeza y yo me quedé pensando: ‘mi General’. Eso me marcó la vida. Mi papá me decía desde niño ‘usted tiene que ser como ese General, porque hay que salir de estos adecos y copeyanos que están acabando con el país’. Así que puede decirlo, la lucha contra la corrupción se va moldeando sola, con los años”.
“Ya ves, los tanques se pueden parar”
En el año 1989 ocurre la explosión social de Caracas, “yo como miembro del grupo de Operaciones Especiales de la PM, desde el aire en un helicóptero presencié todo lo que ese día pasó. Eso nos llevó a la determinación que la policía no podía seguir siendo un órgano de represión del pueblo y que lo que estaba ocurriendo en el país era inaceptable, no podíamos seguir utilizando las armas de la República en contra de la población, esto nos llevó a acelerar el movimiento policial”.
“Como yo era muy joven (Bernal) no podía dirigir el movimiento revolucionario, entonces un grupo de comisarios honestos, Girón Sandobal, Olivar Carrero, Balza Briceño, entre otros, se alzaron,mientras yo estaba detrás de bastidores. Protestamos, marchamos por Caracas, y el presidente Pérez ordenó al ejército y la Guardia la toma de la policía el 9 de junio del 89. A las 4 de la mañana seis tanques AMX30 de guerra, con 600 hombres tomaron nuestra sede, nosotros sonamos la alarma de defensa y nos atrincheramos 60 hombres contra 600″.Días después, el 9 y 10 de mayo del 89, explotó un movimiento dentro de la PM, “nos alzamos contra la Guardia Nacional y contra el gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez, ya se sumaba la profunda corrupción policial con lo que el gobierno le estaba haciendo al pueblo, además de la fuerte represión hacia los ciudadanos quienes en manifestaciones eran gaseados con bombas lacrimógenas”.
Se preguntarán cómo se resolvió ese dilema, “bueno el Coronel de los tanques lo colocó sobre la bomba de gasolina donde se surtían las patrullas, uno de mis muchachos Gómez Nazareth agarró una granada fragmentaria y la puso en la boca del cañón de los gases del tanque y le dijo al conductor, ‘si usted avanza un metro soltamos aquí la granada y aquí abajo hay 150 mil litros de gasolina, la explosión va subir más o menos 4 kilómetros hacia arriba, si usted quiere soltamos la granada’. Enseguida comenzaron las negociaciones”.
“Estábamos dispuestos a entregarnos, pero que no queríamos humillaciones de ningún tipo, entregamos las armas largas y salimos con las cortas. La prensa en sus titulares decían algo así: Grupo Ceta resiste en Cotiza toma por parte de la Tercera Brigada de Infantería del Ejército‘. Ya ves, los tanques se pueden parar”.
En esa época Pablo Medina “nos alberga en las oficinas del Congreso y nos esconde por casas de diputados de la Causa R. A las horas todos los sublevados quedábamos solicitados por los cuerpos de seguridad del Estado. Recuerdo que habían capturado a la mayoría de los oficiales, estaban en la Disip, pero nunca me dejaba capturar, yo decía: ‘a mí que me capturen’”.
Como una medida política el Presidente bajó las tensiones, fueron borrados los expedientes, “‘muchachos no ha pasado nada’. Claro, había copias en todas partes, pero fue una jugada inteligente. La PM salió a trabajar y todo el mundo feliz. Dieron de baja a toda la alta jerarquía de la policía, a mí no me suspendieron porque era uno de los más chicos y consideraron que ese pobre muchacho había sido manipulado, una vez más yo ‘no sabía lo que hacía’”.
A pesar de este episodio “mi liderazgo tomó fuerzas, que ya era nacional. Para el 4 de febrero de 1992 yo tenía 74 oficiales y 4.600 hombres en todo el país estructurados, tenía diversos jefes en el país y en Caracas tenía un comandante por cada zona policial. Pero el 4 de febrero fue una sorpresa para nosotros así como para el resto del país, fui sorprendido a la 1 de la mañana cuando Guido Ochoa, jefe de guardia me llama en la madrugada y me dice: ‘mi inspector mi inspector están tumbando al gobierno, tanques de guerra están atacando a Miraflores. Sueno la alarma de emergencia de defensa de la comandancia y nos activamos”.
De inmediato “yo me solidaricé con el golpe, pero me dije: ‘pero bueno, yo no conozco a ninguno de los rebeldes’ y decidí quedarme, aunque pensé escaparme y unirme al movimiento insurgente”. Informa que enseguida llamó al comandante de la Policía, General Jesús Rafael Caballero y solicitó instrucciones.
Llegó el día 27 de noviembre
“En el año 92 yo empecé un proceso para enlazarme con los rebeldes, pero como yo era de los oficiales de Operaciones Especiales no era confiable y me comenzaron a hacer varias pruebas durante meses. A mediados de mayo me contactan y me reúno con Odreman, Visconti, Garrido, (miembros del Movimiento Cívico Militar 5 de Julio, que encabezó el intento de golpe de Estado el 27 de noviembre de 1992) en Los Teques, me contactan e inicia mi enlace formal y les demostré que no era un infiltrado”.
“Hice una carta patriótica dirigida al presidente Chávez y Arias Cárdenas, se la envié a Yare, les expresaba mis sentimientos, les indicaba que me sumaba a su ‘Por ahora’ y que las Fuerzas Policiales queríamos la oportunidad histórica de reinvindicarnos, les aclara que en esta fuerza no todo el mundo era corrupto y matraquero, que la mayoría eramos hombres honestos, pero estábamos en una institución profundamente deteriorada”.
“El comandante Chávez me responde y me dice bienvenido al movimiento de la patria y me da instrucciones que junto al comandante Gruber”.
Esa carta la leí frente a mis 74 oficiales y celebramos que después de tantos años nos incorporáramos al movimiento rebelde, empezamos a trabajar con objetivos claros y concretos.
“Ese día tenía instrucciones de tomar Venevisión, Radio Rumbos, Radio Continente, la Comandancia General de Cotiza para neutralizar toda la fuerza policial en Caracas, y evitar que la policía confrontara al pueblo a la hora de la rebelión. En las patrullas nos lanzaríamos a las calles y convocaríamos al pueblo a luchar”.
Bernal asegura que fueron traicionados. “El capitán de fragata, Luis Manrique Padrón, nos delata y desde las 10 de la mañana sabía que el golpe sería derrotado. Fue un momento muy difícil”, aseguró.
“La PM quería la oportunidad histórica de reivindicarse, y llegó el día 27 de noviembre. Nuestra misión no solo era cumplir órdenes de nuestros comandantes, sino enfrentarnos a un Gobierno que estaba maltratando a los venezolanos. Nuestra intención no solo era tomar el poder sino darle voz a los humildes, quienes eran los que sufrían más con las medidas económicas impuestas, bajo los parámetros de el FMI”.