El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, sepultó lo "poco que quedaba de la república" para instaurar un "régimen absolutista" apalancado, en parte, por el petróleo de los venezolanos, dijo hoy a Efe el periodista y escritor nicaragüense Eduardo Enríquez.
El editor en jefe del diario La Prensa de Nicaragua analiza el asunto en su libro "Muerte de una República" que presentará el miércoles en Miami (EE.UU.) y en el que incluye capítulos sobre el papel de los políticos, la falta de institucionalidad, los presuntos fraudes electorales del Gobierno nicaragüense y cómo Ortega consolidó su régimen.
"El libro menciona, en gran parte, cómo con la ayuda de los venezolanos, con el petróleo de los venezolanos, se ha enriquecido y ha conformado un régimen autoritario, absolutista, en el que le niega la democracia a los nicaragüenses", dijo en una entrevista.
Enríquez afirmó que el Gobierno de Venezuela y "particularmente (el presidente) Hugo Chávez, es la base principal de Daniel Ortega. Sin él, Ortega tendría una situación distinta porque está utilizando 500 millones de dólares anuales, producto del acuerdo petrolero, para políticas populistas".
La cooperación venezolana se efectúa mediante la empresa petrolera Alba de Nicaragua S.A. (Albanisa), integrada por PDV Caribe, filial de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), y la estatal Petróleos de Nicaragua (Petronic).
Cerca de 2.000 millones de dólares suma esa cooperación desde que el gobernante asumió el poder en 2007, según cifras mencionadas por el periodista.
"Ortega probablemente es la persona con más dinero en Nicaragua a través de Albanisa que está supuesta a ser una empresa conformada 51 % por PDVSA S.A y 49 % por Petronic, que en realidad es manejada por él o más bien a través del tesorero del (gobernante) Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)", dijo el escritor.
En el libro, explicó, se revisa el primer periodo de Ortega diferenciándolo del "régimen sandinista de la década de los años ochenta donde existía un partido constituido y una dirección nacional".
Ortega gobernó la nación centroamericana entre 1979 y 1984 como coordinador de la Junta de Gobierno sandinista; su primera presidencia la ejerció de 1985 a 1990 y en el 2007 asumió el poder de nuevo por un periodo de cinco años.
Mientras que en la etapa de 2007 al 2012, indicó Enríquez, el "régimen orteguista se ha venido convirtiendo en la autoridad absoluta, por encima de la ley, de la Constitución y las instituciones (...) En estos seis años él construyó un régimen absolutista donde lo único que se escucha es su voz y la de su esposa Rosario Murillo".
"Mata lo poco que quedaba de la república nicaragüense al tomar las instituciones y con los fraudes destruyó la confianza de los nicaragüenses en el voto. Eso le permite que en 2012 en las elecciones municipales, el 60 % de los electores no salieron a votar y él pudo adjudicarse 134 de 153 alcaldías que estaban en juego".
Otros factores que permitieron a Ortega conquistar el poder, precisó, es que el sistema de Gobierno republicano colapsó porque los políticos "no sandinistas no entendieron cómo funciona ese gobierno, la división de los poderes, la importancia del voto y además tenían una grandísima debilidad que es la corrupción, no todos".
A ello se suma la "falta de conciencia ciudadana. A través de 190 años de historia, 140 de esos años hemos estado regidos por un caudillo, o un régimen dictatorial u ocupado por una potencia extranjera y siempre estamos diciendo que necesitamos un líder. Entonces Ortega viene, se impone y la gente siente que esa es una forma de Gobierno normal".
Enríquez dijo a Efe que el libro contiene un mensaje para los ciudadanos de los países miembros de la Alianza Bolivariana de las Américas (Alba), una iniciativa liderada por Chávez.
"Aunque Ortega, Chávez, Rafael Correa (presidente de Ecuador) o Evo Morales (gobernante de Bolivia) parecen que tienen un régimen de mucho control y fuerza, todo eso es pasajero y ya sean nicaragüenses, venezolanos, bolivianos o ecuatorianos lo que tienen es que prepararse para que cuando ese sistema fracase, en el mediano plazo, evitar la anarquía en sus países", sugirió.
EFE