La deuda pública española sigue batiendo récords y se convierte en una carga cada vez más pesada para la recuperación económica. En el tercer trimestre de este año superó los 817.400 millones de euros, según fuentes del Banco de España. Esa cifra es el máximo histórico en términos absolutos y el nivel más alto en relación con el producto interior bruto (PIB) desde hace exactamente un siglo. En la cifra de septiembre ha empezado a pesar el rescate de la banca y en particular el del grupo de Bankia, al que el Estado inyectó 4.500 millones en septiembre antes de recibir la ayuda europea para recapitalizar el sector. En el cuarto trimestre, la situación de la deuda empeorará con el rescate europeo.
La deuda pública no solo bate récords, sino que además acelera su ritmo de crecimiento. Mientras la economía cae, la deuda pública aumenta un 15,4% en un año, frente al 14% interanual que crecía en el segundo trimestre y el 13% del primero. El Banco de España no publicará oficialmente los datos de deuda del tercer trimestre con su desglose detallado por Administraciones (central, comunidades autónomas y Ayuntamientos) hasta la semana que viene, pero los datos agregados con que ya trabaja muestran esa aceleración.
El tercer trimestre suele ser uno de los más favorables para las cuentas públicas. Este año, sin embargo, el incremento de la deuda pública de junio a septiembre ha sido de casi 13.000 millones de euros, más del cuádruple que en 2011. Con ello la deuda pública total se sitúa en 817.400 millones. Eso equivale al 77,4% del PIB tomando como referencia los datos de contabilidad nacional de los últimos cuatro trimestres, que suman un PIB de 1,055 billones de euros. El Banco de España publicará su cálculo propio el 14 de diciembre. En relación con el PIB, la cifra de deuda alcanzada en el tercer trimestre es la mayor desde 1912, año en que se situó en el 82%, según la base de datos publicada por el Fondo Monetario Internacional, que ha recopilado los datos históricos disponibles de deuda pública de los países miembros de la institución.
El endeudamiento engordará este trimestre con el desembolso de los 37.000 millones de euros necesarios para recapitalizar el grupo de Bankia, Catalunya Banc, NCG Banco y Banco de Valencia más la cantidad destinada al banco malo, bautizado como Sareb. El fondo de rescate europeo traspasará el importe del rescate al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) que será el que, a su vez, recapitalice a las entidades.La situación va camino de empeorar con el rescate financiero. La deuda cerrará 2012 con un aumento muy superior a los 100.000 millones en el conjunto del año, un incremento superior al de 2010 o 2011. En la Administración central, el incremento de deuda de este año va camino de marcar un récord, superior incluso al de 2009, el año más negro de las finanzas públicas españolas.
Esa deuda, además, se irá convirtiendo en déficit en su mayor parte, a medida que se vayan poniendo de manifiesto las pérdidas que genera el rescate. En Banco de Valencia ya se han perdido los 4.500 millones de fondos europeos más los 1.000 millones inyectados previamente, puesto que la entidad se ha vendido por un euro. Será muy difícil también recuperar el dinero inyectado en Catalunya Banc, NCG Banco y BFA-Bankia.Además, la Sareb provocará también que se dispare el volumen de deuda teóricamente privada, pero con aval del Estado. El Fondo Monetario Internacional ha advertido del riesgo extra que ello supone para las cuentas públicas.
La ventaja del rescate europeo es que esa deuda tendrá un bajo coste, que el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha cifrado en el 1%. La rebaja de calificación de los fondos de rescate europeos puede contribuir a encarecer algo ese coste. Lo peor es que el incremento del volumen de deuda por el rescate de los bancos y la necesidad de acudir a la ayuda europea han castigado el coste de emisión de la deuda española en su conjunto. Aunque la relación entre la deuda pública y el PIB es inferior en España a la media europea, ese diferencial favorable a España se está estrechando aceleradamente.
Los retrasos en la unión bancaria, sobre la que hoy vuelven a tratar los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro, y la negativa alemana a permitir que el fondo de rescate europeo recapitalice directamente a la banca impiden romper el círculo vicioso entre la deuda soberana y la deuda. Se duda de la solvencia del país por los pasivos a que tiene que hacer frente en el sector financiero y se duda de la solvencia de la banca por la cantidad de deuda pública española que tiene en sus tripas.
Por su parte, los inversores extranjeros, que en septiembre incrementaron sus posesiones de deuda en algo más de 18.000 millones, hasta 210.238 millones, al calor del plan del BCE para la compra de bonos de países que pidan el rescate, han vuelto a reducir su cartera en octubre. Lo han hecho muy ligeramente, en solo 630 millones. De hecho, su participación relativa ha aumentado, hasta el 35,58% del total, lo que es todo un éxito en un mes en que había fuertes vencimientos de deuda, en buena parte suscrita por inversores foráneos. Las compras en las nuevas subastas y en el mercado secundario han compensado prácticamente todos esos vencimientos y han permitido al Tesoro mantener un buen colchón de liquidez para cerrar el año con calma.Las últimas estadísticas de la Dirección General del Tesoro y Política Financiera, recién publicadas, muestran que el volumen de la cartera de deuda pública registrada del Tesoro en manos de la banca marcó en octubre un récord histórico de 197.185 millones de euros. Con ello, los bancos vuelven a acaparar más de un tercio del total de la deuda del Tesoro. La cartera registrada, esto es, la cartera a vencimiento ajustada de operaciones temporales y simultáneas, prácticamente se ha cuadruplicado en solo un año. El vínculo entre sector público y sector financiero se ha acentuado.
EL PAIS