AP).- En lo profundo de la Sierra Nevada, la famosa secuoya gigante General Grant se encoge en silencio. El que llegó a ser el segundo árbol más grande del mundo ha sido suplantado, según las meticulosas medidas tomadas a los seres vivos más grandes sobre el planeta.
El nuevo número 2 es el Presidente, un titán de 1.529 metros cúbicos (54.000 pies cúbicos), que se ubica no muy lejos del Grant en el Parque Nacional de las Secuoyas de California. Después de 3.240 años, el gran secuoya sigue creciendo a un ritmo constante, que es lo que posiblemente sorprende más a los científicos que examinan cómo las secuoyas se verán afectadas por el cambio climático y si estos árboles tiene una función para combatirlo.
“Considero que es el árbol más grandioso de todas las montañas del mundo”, dijo Stephen Sillett, investigador de secuoyas cuyo equipo de la Universidad Estatal Humboldt busca evaluar matemáticamente el potencial de los emblemáticos árboles de California para absorber el dióxido de carbono que contribuye al calentamiento planetario.
Esto significa, de acuerdo con los expertos, que la cantidad de dióxido de carbono que absorben durante la fotosíntesis sigue incrementándose a lo largo de su vida.Los investigadores son parte de la iniciativa de una décadaSecuoyas y Cambio Climático financiada por la Liga Salven las Secuoyas en San Francisco. Las medidas del Presidente, reportadas por National Geographic, disiparon la noción anterior de que los grandes árboles crecen más lentamente al envejecer.
Además de medir meticulosamente cada rama pequeña y grande, el equipo tomó muestras del Presidente para determinar su tasa de crecimiento, que según supieron se retrasó en el anormal frío del año de 1580, cuando las temperaturas en la Sierra llegaron casi al punto de congelación en el verano y los árboles permanecieron inactivos.
Pero eso fue anormal, dijo Sillett. El Presidente suma casi un metro cúbico de madera al año durante su breve periodo de crecimiento de seis meses, lo que lo vuelve uno de los árboles de más rápido crecimiento en el mundo. Se cree que ninguno supera en cantidad a sus 2.000 millones de hojas, lo que lo vuelve también uno de los más eficientes para transformar el dióxido de carbono en azúcares nutritivas durante la fotosíntesis.
“No vamos a salvar al mundo con una sola estrategia, pero parte del valor de estos grandiosos árboles es esta contribución y estamos tratando de procesar la matemática detrás de eso”, indicó Sillett.
El Presidente, con 28 metros (93 pies) de circunferencia y 1.275 metros cúbicos (45.000 pies cúbicos) de volumen en el tronco más 255 metros cúbicos (9.000 pies cúbicos) en sus ramas, es 15% más grande que el Grant.
El árbol más grande del mundo sigue siendo el General Sherman, con 57 metros cúbicos (2.000 pies cúbicos) más que el Presidente.