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viernes, 28 de diciembre de 2012

“La figura de Chávez trasciende su propia existencia, va en vías de convertirse en una religión”


Este viernes, el presidente de la encuestadora Hinterlaces Oscar Schemel conversó en Noticias24 Radio con respecto al panorama político que se presentó en Venezuela durante este año 2012 y sobre los futuros escenarios para el año 2013.
En tal sentido, Schemel explicó que “la variable enfermedad del Presidente ha gravitado en el panorama político venezolano desde el mes de junio de 2011, cuando se da el primer anuncio, y en esa época hicimos un estudio que arrojó que el chavismo radical subió siete puntos y subió la valoración de la gestión del Presidente, es decir, se afianzaron los lazos emocionales con el Jefe de Estado y el chavismo se radicalizó. Por lo cual este nuevo anuncio causa una repolarización del país, el chavismo es una comunidad, una identidad de clases y una cultura popular”.
Video: Twitcam
“La relación afectiva del pueblo con Chávez se viene registrando desde el 2003, antes incluso de las misiones. Hay una devoción e identificación casi religiosa en los seguidores del chavismo, lo cual no excluye que haya componentes de racionalidad, identificación con ideas y propuesta política”, afirmó.
Con respecto al liderazgo del Presidente señaló que “la figura de Chávez ya trasciende su propia existencia, va en vías de convertirse en un mito, una religión. Si bien no hay un traslado mecánico y directo del afecto hacia su sucesor, los elementos afectivos juegan un papel muy determinante (…) en un estudio reciente, pudimos observar que el 57% de los venezolanos ve con buenos al Vicepresidente y la mayoría piensa que el chavismo debe continuar, por lo cual el próximo presidente debe ser chavista”.
“Lo interesante de este proceso es que estamos observando el surgimiento de nuevos liderazgos y vocerías dentro del chavismo y de alguna manera se demostró en las pasadas elecciones regionales cuando -a pesar de la ausencia física del mandatario- el oficialismo logró victorias importantes. Esta situación puede permitir un reimpulso de esta facción política, incluso podría permitir que personas que no estaban de acuerdo con Chávez pero sí con su proyecto, se acerquen entonces a este grupo”, explicó.
Indicó también que “el liderazgo chavista entiende que la ruptura de la unidad es un riesgo muy grande, puede significar persecución si se abren las puertas a una victoria de la oposición (…) de alguna manera la revolución mantiene la presencia mítico-religiosa de Chávez y el modelo de inclusión”.
“Este tipo de movimientos que se soportan en un líder generan grupos, factores y diferencias. Una vez que el líder máximo no logra controlarlos a todos podrían darse rupturas, pero lo que hemos visto es una aceptación de Maduro y de las decisiones del líder máximo, porque ven que si no mantienen la unidad lo que podría venirles encima es persecución y venganza”, argumentó.

Elecciones del 16-D y liderazgo de la oposición

En cuanto al caso del estado Miranda, Schemel aseguró: “Nosotros acertamos en las proyecciones de todos los estados. En Miranda dijimos que la brecha era muy pequeña (de cuatro o cinco puntos) y que la abstención iba a jugar un papel muy importante. En esta entidad está la cantidad más importante de votantes de la clase media y la más antichavista también. Es muy importante destacar también la maquinaria y la movilización que usó Capriles”.
“La propuesta de Capriles no se basó en ideas sino en llamar a sus electores a votar, mientras que el chavismo no logró movilizar a la clase media en este estado (…) la candidatura de Jaua no era tan atractiva para este sector, cosa que no pasó en Táchira con Vielma Mora, por ejemplo”, añadió.
Por otra parte, dijo que “Vielma Mora le agrega símbolos al proyecto bolivariano que resultan más atractivos para la clase media, sobre todo la asalariada, aunada a buenas propuestas y a la baja valoración que tenía la gestión de Pérez Vivas”.
Explicó también que “En el caso de Zulia, el triunfo de Arias Cárdenas se debió a una estrategia electoral acertada. En el comando de Pablo Pérez se cayó en el triunfalismo, ellos se confiaron, aún cuando la gestión de Pérez no estaba mal valorada”.
En cuanto a las próximas elecciones municipales, resaltó que “uno de los retos de la oposición es repensar la estrategia, sigue teniendo dificultades para conectarse con las clases populares y para entender las nuevas realidades. Por su parte, el oficialismo jugará la carta del apoyo gubernamental para cumplir los objetivos en las gestiones”.
“La oposición sigue teniendo un capital electoral, pero la falta de visión y de propuesta no les permite conquistar más. Hasta ahora sólo han logrado captar el voto castigo; y cuando no hay un objetivo de sacar a Chávez, se desmorona su liderazgo. La identidad de la oposición gira en torno a la figura del Presidente”, subrayó.
La oposición se acostumbró a hacer política desde los medios y desde el poder, así que necesita cambiar esa manera de comportarse”, sumó.