Lo bueno, lo malo y lo feo de Call of Duty: Black Ops II
Activision ha encontrado su gallina de los huevos de oro en la saga Call of Duty. Año tras año se cuestiona el continuismo de la franquicia, pero igual vende millones de copias y, por ende, genera millonarias ganancias. Black Ops II no es la excepción.
Soy seguidor de la franquicia desde sus orígenes y me divierto con cada entrega. Sin embargo, desde hace un par de años dejé de comprar el juego de turno el mismo día de su estreno. ¿Acaso ya sé que no me sorprenderá? Veamos qué nos trae Black Ops II.
Lo bueno
La desarrolladora Treyarch vuelve a ponerse al frente de un Call of Duty y, en esta oportunidad, busca mejorar el trabajo realizado con Black Ops, un título que dividió a la comunidad de seguidores de la franquicia.
Así, Treyarch se propuso imponer algunos cambios en la campaña del juego que, pese a seguir siendo lineal, incluye la posibilidad de tomar decisiones, las cuales se ven reflejadas en distintos desenlaces.
Esta inclusión me parece muy positiva, ya que le da mayor relevancia a una campaña que, por la naturaleza del juego, es vista casi como un trámite previo al multijugador online, principal atractivo de todo Call of Duty.
La historia gira en torno a Alex Mason (protagonista del primer Black Ops) y su relación con el narcotraficante Raúl Menendez, quien, con el paso de los años, se convertirá en el terrorista más buscado (y temido) del orbe.
Sin revelarles nada de la campaña, les comento que la campaña de Black Ops II se divide en misiones en la actualidad (el juego está ambientado en el año 2025) y en el pasado, durante la Primera Guerra Fría (tienen que jugarlo para entender por qué digo “primera”).
Esta combinación de épocas y locaciones le da a la campaña bastante variedad. Y si a esto le agregamos la parafernalia hollywoodense marca de fábrica, tenemos garantizados momentos crudos, intensos y muy vistosos.
Entre las novedades de la campaña, destacan las misiones Fuerza de Asalto, que, pese a ser opcionales, dan algo de longevidad y variedad a la campaña. Eso sí, algunas misiones solo se podrán realizar en determinados momentos de la historia, por lo que mi sugerencia es jugarlas apenas aparezcan.
La jugabilidad de Black Ops II sigue la senda marcada por los anteriores juegos. Así, estamos ante un control intuitivo, preciso y fácil de dominar. Eso sí, no esperes novedades ni cambios revolucionarios. Seguirás realizando las mismas acciones de toda la vida.
No se puede hablar de Call of Duty sin mencionar su multijugador, acaso el más jugado (y comentado) de la generación. Acá Treyarch no se arriesga demasiado, dedicándose más a presentar un producto balanceado.
Ahora, las ventajas están distribuidas de una mejor manera y las rachas de bajas no solo se ganan por matar enemigos, sino también por colaborar en beneficio del equipo. De hecho, toda ventaja o mejora que agreguemos a nuestras armas está limitada por un máximo de 10.
Y como ya es costumbre en los juegos de Treyarch, Black Ops II incluye el modo Zombi. Si bien esto nació como un curioso agregado en World at War, hoy es una modalidad bastante completa, que seguro nos otorgará muchas horas de diversión.
Lo malo
El año 2007 Call of Duty 4: Modern Warfare sorprendió a propios y extraños con unos gráficos sorprendentes para la época. Este logro se alcanzó gracias al motor IW engine, que mostró lo que era capaz de hacer.
Sin embargo, los años pasaron y, entrega tras entrega, se utilizó el mismo motor gráfico (con algunas mejores, lo admito). Sin embargo, ya parece que esta tecnología dio todo lo que podía dar y ya evidencia un notorio desgaste.
Así, este Black Ops II muestra “más de lo mismo” en este apartado, limitado por la propia tecnología que usa. Tenemos texturas efectistas, pero elementos indestructibles. Una pobre interacción con elementos del entorno y una preocupante falta de sombra en nuestro personaje. Si leen mis análisis de otros juegos de Call of Duty tal vez encuentren críticas similares, ya que -como dije- es el mismo motor gráfico.
A la par, vi algunos bugs durante el desarrollo del juego, como elementos que se pueden traspasar ‘mágicamente’ o soldados atorados en infraestructuras. Nada grave, pero los fallos están ahí, y vale la pena mencionarlos.
El aparado sonoro de Black Ops II es bueno, pero creo que está por debajo de otras entregas. Los efectos de sonido son convincentes, pero les falta algo de fuerza, si cabe la expresión. Por ejemplo, en el online, el sonido cuando subimos de nivel o cumplimos un desafío pasa casi inadvertido.
En la misma tónica, la banda sonora es correcta, pero no llega a niveles épicos, como ya lo hemos disfrutado en el pasado con títulos como los dos primeros Modern Warfare o el propioWorld at War.
Lo feo
La inteligencia artificial de los enemigos en Black Ops II deja mucho que desear. Pese a jugar en un nivel elevado de dificultad, los soldados contrarios se mueven torpemente en el campo de batalla, exponiéndose sobremanera.
De hecho, este patrón se repite en nuestros aliados, que no nos ayudan cuando estamos en problemas (pueden quedarse mirando mientras nos balean) y su colaboración en los tiroteos es pobre.