Buscando intercambiar juegos con un amigo, llegó a mis manos Rayman Origins, un título que no probé al momento de su salida al mercado debido a la vorágine de lanzamientos al final del 2011. Hoy lamento haber postergado tanto esa experiencia.
Y es que Rayman Origins es jodidamente divertido, una experiencia gratificante de cabo a rabo, un plataformas genial que puede mirar por encima del hombro a los clásicos del género. Sí, así de bueno es el juego.
Para mí, lo más importante en todo videojuego, aparte de los gráficos y la historia, es la jugabilidad y la diversión. Un juego puede tener malos gráficos y hasta se le puede perdonar tener una historia flojita, pero los otros elementos son fundamentales.
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El juego de Ubisoft destila calidad por donde se le mire. No solo tiene una jugabilidad muy bien lograda, con poderes que vamos adquiriendo a medida que avanzamos, sino también tenemos un nivel de dificultad ascendente, que va desde lo más fácil hasta el reto más frustrante.
Pero para que todo esto tenga sentido, Rayman Origins hace gala de un diseño de niveles brutal, casi perfecto, en el que nada está puesto al azar. Así, se ha logrado mantener una armonía y naturalidad envidiables por cualquier título del género.
A nivel gráfico y sonoro el juego destaca con luz propia (¿o de los Lums?), con imágenes preciosistas y una música pegajosa. Mención aparte merecen las animaciones de personajes y enemigos, con una fluidez que no desentona con el entorno.
Todas estas características se conjugan para entregarnos un juego realmente divertido y adictivo, que no querrás dejar por la ‘necesidad’ de probar el siguiente nivel. Y pese a que tenemos más de 60 niveles a nuestra disposición, el juego te deja esas ganas de más.
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Para alargar la vida del juego, tenemos cientos de coleccionables, curiosos trofeos y un mundo secreto realmente difícil. Además, puedes volver a pasar los niveles buscando romper récords contrarreloj o para rescatar a todos los Electoons.
Por si eso fuera poco, queda la opción de jugar en cooperativo hasta con cuatro personas. Este hecho le otorga al juego un nuevo reto, ya que nuestros compañeros pueden ser una bendición para los niveles difíciles o también nuestra perdición. Eso sí, lamento que no haya cooperativo online, lo que hubiera sido la cereza en la torta.
Conclusión: Rayman Origins es un juegazo, entretenido, adictivo y con una dificultad creciente. Si aún no lo juegas, mi recomendación es que no dejes pasar esta oportunidad. Ya hay una secuela en camino, Rayman Legends, que será exclusiva para Wii U. Así es, un motivo de peso para adquirir la nueva consola de Nintendo.
Y ustedes, ¿ya jugaron Rayman Origins?, ¿qué opinan del juego de Ubisoft?