Una joven de 22 años padece una rara condición que la ha excitado sexualmente desde que apenas era una niña de ocho años.
Una simple vibración de un teléfono móvil es todo lo que se necesita para desencadenar la excitación en Amanda. Hasta los tonos bajos de la música en una discoteca o un viaje en avión pueden despertar esta inusual respuesta corporal.
Esto puede ocurrir en cualquier sitio; cuando está con sus amigos e incluso mientras está en su trabajo, el que desempeña como agente de ventas en una tienda de productos para bebés.
Pero lejos de ser una bendición, muchos de los que sufren de esta enfermedad creen que están malditos.
“No es agradable, se podría decir que se ha convertido en una tortura. Esta condición controla tu vida por completo y es como vivir una pesadilla que puede tener 50 orgasmos en un día y cinco o diez dentro de una hora de diferencia”, expresa Amanda.
“Esto sucede cuando estoy con mis amigos o en público y es muy vergonzoso. Me mata por dentro. Solo tengo que sonreir y fingir que no pasa nada (…). Cincuenta orgasmos al día han hecho de mi vida una miseria“, agrega.
Amanda comenzó a padecer el Síndrome de Excitación Sexual Persistente (Psas, en inglés) cuando tenía apenas ocho años, pero tenía demasiado miedo de confiar en nadie. “Cuando era niña no tenía ni idea de lo que me estaba pasando. Pensé que solo estaba obsesionada con el sexo”.
Con información de The Sun