En 2008, desde fuera de Venezuela se señaló que una fábrica de bicicletas que construía e gobierno de Hugo Chávez junto al de Irán, en Tinaquillo, estado Cojedes, servía en realidad para procesar uranio enriquecido, un material que se usa en la fabricación de armas atómicas.
La denuncia no tomó desprevenido al Jefe de Estado, quien fiel a su carácter bromista decidió bautizar como “Atómicas” a las bicicletas de esa planta. Hoy, ya convertidas en una realidad, se han convertido en una alternativa ecológica para el tráfico caraqueño, como nos reporta una nota del diario Ciudad CCS.
“No tiene nada que envidiarle a cualquier otra bicicleta del mercado, además es muchísimo más económica”, dijo Alfonso Plager, quien adquirió recientemente una bicicleta Atómica, y la corre cada vez que puede por la ciudad.