EFE).- Después de nueve años sin esta figura, Venezuela vuelve a tener primera dama: Cilia Flores, la pareja del nuevo presidente, Nicolás Maduro, una aguerrida chavista que ha ejercido importantes funciones al frente de la Presidencia del Parlamento y de la Procuraduría General.
Venezuela dejó de tener primera dama en 2004 luego de que el fallecido presidente Hugo Chávez se separara de su segunda esposa, la periodista Marisabel Rodríguez, y su figura quedara informalmente en manos de sus hijas mayores Rosa Virgina y María Gabriela, que lo acompañaban en actos y viajes internacionales.
Con Maduro al frente del país, Flores se convertirá en “la primera combatiente de la patria”, una mujer a la que no le gustan “los copetes” ni los actos vanidosos.
Abogada de 60 años, Flores fue defensora de Chávez tras su fracasada intentona golpista de 1992; luego fue diputada, de 2006 a 2011 presidenta del Parlamento y en 2012 fue designada procuradora general, un cargo del que se separó al arrancar la campaña de Maduro.
Su verbo vehemente, su defensa a ultranza del chavismo y su incondicionalidad a Chávez distinguen a esta militante oficialista que muchos creen que ejercerá una fuerte influencia en Maduro.
Flores y Maduro no están casados ni tienen hijos en común, pero comparten su vida desde hace unos 20 años, con los tres hijos del antiguo matrimonio de Flores y el hijo del ahora presidente.