Según el portal ABC, estos trabajadores se exponen entre 2,5 y 8 horas diarias a sonidos que superan los 80 decibelios o, incluso, los 110.
Estos niveles, tal y como advierte la OPAM, pueden ser perjudiciales para la salud de los oídos si no se toman las medidas de precaución necesarias.
De hecho, un 17% de los músicos presenta pérdidas auditivas importantes y pueden, incluso, necesitar la adaptación de audífonos, aunque, tal y como ha desvelado el estudio, sólo 1 de cada 4 músicos utiliza tapones o algún otro tipo de protección.
El OPAM, alertó de los peligros que puede tener para su salud auditiva la sobreexposición a altos niveles sonoros.
La mejor protección son los tapones que permiten atenuar el ruido pero que, a la vez, permiten a los músicos una audición totalmente nítida y precisa en todas las frecuencias. El uso de este tipo de protecciones puede reducir entre 15 y 25 decibelios el sonido.
Además de la pérdida auditiva, un 25% de los músicos analizados por el OPAM han presentado también otros trastornos auditivos como:
- Hiperacusia o intolerancia a sonidos de un nivel normal pero que el oído percibe como muy elevados o incluso dolorosos.
- Acúfenos, unos molestos silbatos.
- Diploacusia, distorsión de la frecuencia o percepción de un ruido de forma diferente en cada oído.
Por otra parte, los expertos han recomendado no acercarse a los amplificadores en exceso durante los conciertos o guardar una hora de reposo auditivo por cada hora de ensayo.
ALVIMANN