Los retardos de Cadivi, la caída en picada de las reservas internacionales y en buena medida el desabastecimiento, significa para el economista José Guerra, una respuesta a la gran diferencia existente entre los dos precios del dolar en Venezuela, el oficial a Bs 6,30 y el “negro” cuyo valor lo quintuplica.
Guerra explica que para resolver tal situación “el Gobierno ha venido anunciando la apertura deun tercer mercado para el dólar, a través del llamado Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), que puede realizarse mediante subastas o también abriendo el mercado de permuta. En el primer caso, el Gobierno, a través del BCV subastaría dólares y los adjudicaría al mejor postor según un método hasta ahora no conocido”.
El economista asegura que una experiencia similar se vivió entre 2003 y 2010, la cual concluyó cuando el mismo Gobierno, temeroso por la caída sostenida del bolívar, optó por cerrar ese mecanismo en mayo de 2010 y acusar a los directivos de casas de bolsas de“especuladores”, clausurar esos establecimientos y encarcelar a algunos de los directivos de esas instituciones.
Al referirse al posible éxito del Sicad, comenta que “si las cosas se hacen bien” , sí existe gran probabilidad. Explica que una moneda suele depreciarse cuando los nacionales le pierden la confianza y buscan refugio en otros activos, incluyendo las monedas de otros países, como es el caso del dólar o el euro.Ante la interrogante de si hace falta un nuevo sistema del dólar en Venezuela, Guerra afirma que sí, pero explica que “el hecho de que se establezca el mercado no significa que las distorsiones se resuelvan y las brechas entre los distintos precios del dólar se achiquen”.
Por tanto, asevera que para que una estrategia que procure abrir un nuevo mercado para el dólar tenga un buen futuro debe encarar varios desafíos, entre ellos el más importante y fundamental es el de rescatar la confianza en el bolívar como medio de pago y reserva de valor. “Es decir, que la economía encuentre que vale la pena mantener bolívares en lugar de otras monedas”, acotó.
Para Guerra el control de precios no es una sana política para contener el alza sostenida de los precios, tal como se ha probado recientemente cuando el Gobierno se ha visto obligado aaumentar precios de productos que se encontraban rezagados. “La política monetaria que implementa el BCV puede ser contraproducente para el nuevo mercado”, recalcó.
Declaró que “en otros términos, puede ser inconsistente abrir un mercado donde el precio deldólar fluctuaría al vaivén de la oferta y la demanda si continúa el curso de una política fiscal y monetaria sobre expansiva”.
Con información de Tal Cual