El Comité Judicial del Senado de Estados Unidos debatió hoy sobre el posible cierre de la prisión de Guantánamo en un panel en el que se apreció la profunda división de opiniones al respecto entre los legisladores.
La Cámara Alta celebró hoy la primera audiencia sobre el penal desde 2008, en la que debatió los pros y los contras de su propuesto cierre en lo que concierne a su impacto económico, sobre los derechos humanos y la seguridad nacional.
El senador demócrata y presidente del Comité, Dick Durbin, argumentó al comienzo de la audiencia que los costes que causa al erario público el mantenimiento de la cárcel están incrementándose y aseguró que cada prisionero le costará a EE.UU. 2,7 millones de dólares en 2013.
Un preso en una prisión de máxima seguridad cuesta 78.000 dólares, comparó el senador.
"¿Por qué tenemos miedo de utilizar el probablemente mejor sistema judicial del mundo? Y actuamos como si tuviéramos miedo de usarlo. Hemos condenado a casi 500 sospechosos de terrorismo desde el 11 de septiembre en los tribunales federales. Así que el status quo en Guantánamo es insostenible", afirmó el senador demócrata Patrick Leahy.
El legislador, en su discurso de apertura, insistió en que la prisión, abierta desde 2002, es "cara e ineficiente" y llamó a la repatriación de aquellos presos que puedan ser devueltos a sus países lo antes posible.
Sin embargo, el senador republicano Ted Cruz mostró su rotunda oposición al cierre de la prisión, y se preguntó qué impacto tendría en materia de seguridad nacional y qué consecuencias tendría poner en libertad a los 86 presos que siguen en reclusión indefinida pero libres de cargos.
Asimismo, el republicano por Kansas Mike Pompeo consideró la prisión de Guantánamo como un elemento "crítico para la seguridad nacional" y advirtió de que el cierre del penal y el traslado de los detenidos a EE.UU. podría conllevar procesos judiciales mucho más largos y extender los derechos de los presos más allá de los que tienen los denominados como "combatientes enemigos".
Entre los expertos convocados para participar en el panel, sin embargo, la opción del cierre tuvo más argumentos a favor, contando incluso con el general retirado Paul Eaton, encargado de comandar el entrenamiento de tropas en Irak durante la Operación Libertad Iraquí.
Eaton aseguró que la tortura utilizada en Guantánamo fue exportada a la prisión de Abu Ghraib, donde las prácticas con los prisioneros de guerra provocaron un escándalo por su crueldad.
"El argumento sobre que Guantánamo es necesario es simplemente falso. (...) Tenemos suficientes aliados en el mundo como para no tener que recurrir a esto", dijo el militar retirado.
"Tenemos una oportunidad y el imperativo de cerrar Guantánamo ahora que ya no hay actividades militares en Irak", agregó.
La cárcel de Guantánamo se abrió en enero de 2002 por decisión del entonces presidente George W. Bush y en el marco de la "guerra global" de EE.UU. contra el terrorismo, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, y llegó a tener casi 800 reclusos.
El pasado mes de mayo, en un esperado discurso sobre seguridad nacional y terrorismo, Obama anunció el levantamiento de la prohibición para la transferencia de presos yemeníes, y urgió al Congreso a levantar las restricciones sobre el resto de transferencias.
El presidente estadounidense insistió en su deseo de cerrar el penal, y el mes pasado nombró a un nuevo enviado especial para ejecutar su cierre, Clifford Sloan, un abogado de Washington muy cercano al secretario de Estado John Kerry.
La llegada de Sloan aumenta el rango de la oficina encargada de acelerar la transferencia de presos del penal, después de que en enero el responsable de esa oficina, Daniel Fried, fuera trasladado sin que se seleccionase un sustituto.
Por otra parte, más de un centenar de los presos que se encuentran allí están en huelga de hambre desde hace varios meses, de los cuales 44 son alimentados a la fuerza por vías nasales y alimentos líquidos, unas prácticas que según comentaron especialistas en el panel de hoy violan leyes internacionales.
Numerosas organizaciones y organismos internacionales han solicitado a Estados Unidos el cierre del penal casi desde su apertura, una promesa pendiente de Obama desde su campaña electoral en 2008.EFE