El vicealmirante retirado, Iván Carratú Molina, exjefe de Casa Militar, se pronunció sobre el allanamiento a la residencia del capitán Corbeta, Nager José Ochoa, adscrito a la Comandancia General de La Armada.
Sobre esto, Carratú dijo que "llama la atención que con los controles que existen en las Fuerzas Armadas o deben existir, aparezca un importante número de municiones en algún sector específicamente en un basurero".
"Se me presenta la duda el orígen de esa munición", indicó y se preguntó cómo salieron de las unidades militares, de la armada o del ejército.
"¿Qué tipo de munición es esa, de combate, de armamento individual, de un determinado tipo de arma?", señaló el vicealmirante (r).
Explicó que vale la pena determinar para qué fueron sacadas estas municiones del establecimiento militar, pues "tiene que haber una causa, un origen y un responsable".
Aseguró que no puede haber un volumen de municiones de esta categoría y de esta clase en manos de un efectivo de cualquier grado.
"Lo que puede haber en la casa de un oficial, sub oficial o profesional militar es la munición correspondiente al arma de reglamento y correspondiente a una carga, una carga y media", dijo y precisó que es "más o menos 50 a 100 proyectiles máximo de pistolas 9mm, sub ametralladora Uzi, depende del armamento que utilice".
En el caso de munición de fusiles Fal, de kalavnikov, P90 etc, están en los parques, bajo control numérico donde el responsable es el comandante de la unidad y que diariamente recibe información del oficial encargado del parque, el tipo de armamento que salió, la cantidad de municiones que salieron y cuántas regresaron, señaló Carratú.
"Para mí representa un descuido importante en el comando de la unidad que pertenecen o hayan pertenecido esas municiones, el parquero que forma parte del control de esas municiones y la persona que los sacó", concluyó.
Sobre esto, Carratú dijo que "llama la atención que con los controles que existen en las Fuerzas Armadas o deben existir, aparezca un importante número de municiones en algún sector específicamente en un basurero".
"Se me presenta la duda el orígen de esa munición", indicó y se preguntó cómo salieron de las unidades militares, de la armada o del ejército.
"¿Qué tipo de munición es esa, de combate, de armamento individual, de un determinado tipo de arma?", señaló el vicealmirante (r).
Explicó que vale la pena determinar para qué fueron sacadas estas municiones del establecimiento militar, pues "tiene que haber una causa, un origen y un responsable".
Aseguró que no puede haber un volumen de municiones de esta categoría y de esta clase en manos de un efectivo de cualquier grado.
"Lo que puede haber en la casa de un oficial, sub oficial o profesional militar es la munición correspondiente al arma de reglamento y correspondiente a una carga, una carga y media", dijo y precisó que es "más o menos 50 a 100 proyectiles máximo de pistolas 9mm, sub ametralladora Uzi, depende del armamento que utilice".
En el caso de munición de fusiles Fal, de kalavnikov, P90 etc, están en los parques, bajo control numérico donde el responsable es el comandante de la unidad y que diariamente recibe información del oficial encargado del parque, el tipo de armamento que salió, la cantidad de municiones que salieron y cuántas regresaron, señaló Carratú.
"Para mí representa un descuido importante en el comando de la unidad que pertenecen o hayan pertenecido esas municiones, el parquero que forma parte del control de esas municiones y la persona que los sacó", concluyó.