Un total de 804 iraquíes murieron en agosto pasado por actos de violencia, una cifra por debajo de las 1.057 víctimas mortales registradas en julio, según cifras facilitadas hoy por la ONU.
La Misión de Naciones Unidas para Irak (UNAMI) apuntó en un comunicado que entre los fallecidos figuran 716 civiles y 88 miembros de seguridad.
Al menos 2.030 personas resultaron heridas, entre ellas 1.936 civiles y 94 efectivos de policías, como consecuencia de los atentados, que se mantienen en un nivel elevado desde comienzos de este año.
Bagdad fue una vez más la provincia más afectada por la violencia, con 317 civiles muertos, seguida de las de Salahedin, Nínive, Diyala y Al Anbar, todas ellas de mayoría suní o de composición confesional mixta.
La UNAMI denunció, además, que unos 5.000 civiles han muerto y otros 12.000 han resultado heridos en actos de violencia desde inicios de 2013.
Precisamente hoy, al menos tres iraquíes murieron y otros trece resultaron heridos por la explosión de un coche bomba conducido por un supuesto suicida cerca de una sede del partido comunista y de un mercado popular en el centro de la localidad Al Tuz, 200 kilómetros al norte de Bagdad, informaron a Efe fuentes policiales.
Irak se halla inmerso en una grave crisis política y de seguridad, agudizada por las protestas de la minoría suní contra el Gobierno del primer ministro, el chií Nuri al Maliki, que ha prometido reformar su estrategia de seguridad.