El candidato presidencial, Juan Orlando Hernández, de 45 años, abogado, nacido en el seno de una familia campesina, tiene una receta para acabar con la delincuencia en uno de los rincones más violentos del mundo. Prometió crear una policía militar para contener la bestial ola de violencia relacionada con el narcotráfico que azota a Honduras.
Sus críticos lo consideran como un hombre autoritario y lo acusan de maniobrar para destituir a cuatro magistrados de la Corte Suprema de Justicia que habían declarado inconstitucionales dos iniciativas suyas: una ley para depurar la policía y otra que creaba zonas especiales con autonomía administrativa para estimular la inversión extranjera.
Vestido con pantalones vaqueros y camisa blanca en lugar de su habitual traje oscuro de parlamentario, Hernández hará lo que sea necesario para recuperar la paz en Honduras, aún cuando se vea obligado a poner a un militar en cada esquina.
Acabar con la violencia, crimen y asesinato es un reto para el candidato presidencial debido a que Honduras es uno de los países que tiene actualmente el más alto índice de homicidios en el mundo con 85.5 asesinatos por cada 100,000 habitantes.
En la última encuesta de CID Gallup publicada el 23 de octubre muestra un empate técnico entre Hernández EFE
