Cinco formas de prevenir el cáncer
El cáncer es una enfermedad del cuerpo, la mente y el espíritu, por eso llevar una vida sana en todos los sentidos contribuye a prevenirlo o a curarlo.
Pequeños ajustes en tus hábitos diarios podrían marcar la diferencia entre vivir más años, con mayor vitalidad y libre de cáncer. A continuación les contamos cuáles son los cinco hábitos saludables para reducir la probabilidad de padecer cáncer.
1. Actívate
¡Muévete! Las personas activas tienen 30% menos de probabilidad de desarrollar cáncer. Haz un esfuerzo por ser más activo. No se trata de que corras maratones ni pases horas en un gimnasio, simplemente con pequeños cambios como subir las escaleras en lugar de utilizar el ascensor, pasear al perro unas cuadras más, ir al puesto de un compañero de trabajo en vez de llamarlo o enviarle un email, bailar o ir de tiendas. Así ya estás colaborando en cambios de vida saludable, sin contar los evidentes beneficios de hacer yoga, nadar o montar bicicleta. El ejercicio cardiovascular ayuda a bajar los niveles de estrógeno, testosterona e insulina, factores que aumentan el riesgo de cáncer.
Con 30 minutos al día, cinco veces a la semana, es suficiente para tener un estilo de vida activo. Además, la actividad física nos ayuda a tener una actitud más positiva y mejora nuestro humor. Por todos estos beneficios y más, es recomendable establecer una rutina de ejercicio en nuestro quehacer diario para mejorar nuestra calidad de vida.
2. Respira
Sí, algo tan sencillo y mecánico que hacemos a diario nos ofrece la oportunidad de controlar el cuerpo físico y emocional. Es una de las estrategias más sencillas para hacer frente a las situaciones de estrés, nos beneficia tanto a nivel preventivo como curativo. Antes de salir de la casa al ajetreo diario del trabajo, aparta cinco minutos y haz ejercicios de respiración.
3. Lee
El medio ambiente, nuestras actitudes y comportamientos tienen influencia directa sobre nuestra predisposición a enfermedades. La lectura es una de las actividades más beneficiosas para la salud, ayuda a reducir el nivel de estrés y a mantener la mente activa.
4. Chequéate
Los expertos coinciden en que el diagnóstico precoz es esencial para tratar con éxito el cáncer. La prevención y la atención de cualquier cambio en el cuerpo es de mucha importancia, Estar atentos es una de las mejores formas de detectar un tumor maligno. Hazte un chequeo médico por lo menos una vez al año.
La prevención del cáncer es bastante simple. Basta con adoptar estilos de vida más saludables y dejar de lado hábitos de riesgo como el tabaquismo, el consumo nocivo de alcohol y la obesidad. También debes cuidarte usando protector solar y mantener un buen nivel de hidratación.
5. Come Sano
No quiere decir que tengas que estar a dieta estricta o ser vegetariano, sino evitar alimentos que todos sabemos que son dañinos como las grasas, azúcares, colorantes, etc. Por ello, una de las estrategias a seguir en cualquier dieta anti-cáncer es la de llevar una alimentación baja en glucosa y granos refinados. Además de dejar morir de hambre a los tumores, mantendrás tu peso a raya. Y no olvidemos que la obesidad impide detectar cualquier cambio en el tejido a tiempo de ser tratado.
Con cambios simples puedes tener grandes resultados. Le mostramos una lista de alimentos que debes incorporar en tu dieta porque tienen poderes anticancerígenos.
Aceite de oliva: Su ácido oleico se inserta en la membrana celular y regula la presión arterial y la multiplicación celular, rico en antioxidantes y vitamina E, siendo esta una de las grasas más saludables para nuestro cuerpo.
Agua: Mantiene vivas nuestras células, regula muchas funciones y ayuda a la eliminación de toxinas.
Aguacate: Contiene vitamina E gran antioxidante aliado contra el cáncer.
Ajo: Ayuda a reducir el riesgo de contraer cáncer por sus antioxidantes.
Albaricoque: Contiene betacaroteno que actúa atrapando radicales libres y moléculas de oxigeno libres que son compuestos tóxicos y cancerígenos.
Alcachofa: Contiene inulina, polisacárido muy eficaz en la prevención del cáncer de mama y colón.
Algas: Son depurativas, ricas en minerales y vitaminas y contienen fibra. Muy consumidas en Japón, donde la incidencia de cáncer de mama es muy baja. Se recomiendan para ayudar a eliminar los efectos secundarios de los tratamientos de quimio y radioterapia ya que refuerzan el sistema inmune.
Alimentos ricos en fibra: Tienen efecto protector ya que ejercen un mecanismo de secuestro de metabolitos potencialmente cancerígenos.
Arroz integral: Es una semilla, contiene inhibidores de la proteasa, que parece que retrasan la aparición de cáncer.
Berenjena: Retrasa el proceso de oxidación, favoreciendo el bloqueo de algunos tipos de cáncer.
Brócoli: Contiene cantidades grandes de vitamina C y betacaroteno, importantes antioxidantes.
Cebolla: Contiene alicina, compuesto rico en azufre que actúa como depurador del hígado, eliminando las sustancias tóxicas que se acumular en la sangre y los tejidos.
Chocolate negro: Rico en flavonoides, antioxidantes que combaten el daño celular que conduce al crecimiento del tumor.
Cítricos: Ricos en viatmina C, antioxidante y estimulante de las células de defensa.
Coles: Contienen I3C, sustancia química que ayuda a reparar el ADN de las células.
Espárragos: Es el alimento que contiene más glutathione, uno de los mayores enemigos del cáncer.
Espinacas: Ricas en carotenos, precursores de la vitamina A, que interviene en la prevención del cáncer.
Fresas: Efectos depurativos, ayudan a limpiar el organismo de toxinas. Contienen fibra, minerales y vitaminas.
Frutas del bosque: Moras, arándanos y grosellas son ricas en antocianina, un pigmento morado, que tiene un gran efecto antioxidante. También son ricas en vitamina A y C, minerales, pectina y ácidos vegetales. Se está estudiando su efecto preventivo contra la leucemia.
Frutos secos: Fuente importante de vitamina B, E y minerales como magnesio, manganeso, selenio y zinc. Muy antioxidantes. Ricos en grasas que nos ayudan a disminuir el colesterol LDL (colesterol malo) y el nivel de lípidos en sangre.
Guanábana: muchos estudios aseguran que su uso es muy beneficioso para el tratamiento de ciertos tumores.
Higos y ciruelas pasas: Ricos en niacina (vitamina B3), un potente inhibidor de la degeneración celular.
Huevos: Un estudio por expertos de Harvard demuestra que los huevos actúan como protectores por sus altos niveles de aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales.
Legumbres: Ricas en fibra e inhibidores de proteasas que previenen de tumores de mama y colon principalmente.
Linaza: Perfecto para la digestión y además nos ayuda a prevenir el cáncer de colon.
Manzana: Contiene catequinas y quercetina, dos fitoquímicos que protegen contra la acción de los radicales libres.
Melón: Rico en betacaroteno, buen antioxidante, y es bajo en calorías, que mantiene a raya los tumores relacionados con al obesidad.
Miel: Tiene propiedades antisépticas. Perfecto para evitar infecciones asociadas a la baja de inmunidad que conlleva el tratamiento.
Papaya: Contiene vitamina C con propiedades antioxidantes que ayudan a evitar la formación de células cancerosas en el pecho.
Piña: Contiene ácido clorogénico que combate la formación de peligrosas nitrosaminas en el estómago.
Pescado: Sus ácidos grasos omega 3, además de ser beneficiosos para el corazón y arterias, también se utilizan para mejorar el estado de las personas con cáncer.
Pimientos: Ricos en betacarotenos y vitamina C, antioxidantes y protectores de las mucosas. También contienen capsaicina, que bloquea los compuestos precancerosos que aparecen en la carne y pescados ahumados y curados.
Remolacha: Su color morado esconde un potente regenerador celular, las betaínas.
Romero: Estudios demuestran que las propiedades antioxidantes del romero pueden ser activos contra el cáncer de colon, pecho, estómago, pulmón y piel.
Setas chinas: Se utilizan en medicina tradicional china para reforzar el sistema inmune.
Soja: Contiene genisteína, inhibidor de las proteasas e isoflavonas, protectores frente al cáncer de mama.
Té verde: Contiene polifenoles, que anulan los efectos de las nitrosaminas y tiene poderes antioxidantes.
Té de manzanilla: las abuelitas tenían razón, es el mejor remedio para muchas cosas, y ahora, el cáncer se añade a la lista porque la apigenina, flavonoide contenido en la manzanilla, puede detener la propagación del mismo.
Tomate: Rico en licopeno, un caroteno que le da su color rojo y protege del cáncer de próstata. Su piel y pepitas también tienen efectos anticancerígenos.
Uva: La piel y las pepitas contienen el resveratol, que bloquean los agentes cancerígenos y el crecimiento de los tumores.
Vino: Sus efectos quimioprotectores actúan ante diversos tumores.
Yogur: Las bacterias que contiene regeneran la flora intestinal y evitan la aparición de productos tóxicos en la digestión. Muy útil para prevenir el cáncer de colon pero se recomienda para todo tipo de tumores.
Zanahoria: Su color naranja se debe a su riqueza en betacarotenos, antioxidante. Se cree que protege a los fumadores por su capacidad para regenerar las células del epitelio respiratorio.
Pequeños ajustes en tus hábitos diarios podrían marcar la diferencia entre vivir más años, con mayor vitalidad y libre de cáncer. A continuación les contamos cuáles son los cinco hábitos saludables para reducir la probabilidad de padecer cáncer.
1. Actívate
¡Muévete! Las personas activas tienen 30% menos de probabilidad de desarrollar cáncer. Haz un esfuerzo por ser más activo. No se trata de que corras maratones ni pases horas en un gimnasio, simplemente con pequeños cambios como subir las escaleras en lugar de utilizar el ascensor, pasear al perro unas cuadras más, ir al puesto de un compañero de trabajo en vez de llamarlo o enviarle un email, bailar o ir de tiendas. Así ya estás colaborando en cambios de vida saludable, sin contar los evidentes beneficios de hacer yoga, nadar o montar bicicleta. El ejercicio cardiovascular ayuda a bajar los niveles de estrógeno, testosterona e insulina, factores que aumentan el riesgo de cáncer.
Con 30 minutos al día, cinco veces a la semana, es suficiente para tener un estilo de vida activo. Además, la actividad física nos ayuda a tener una actitud más positiva y mejora nuestro humor. Por todos estos beneficios y más, es recomendable establecer una rutina de ejercicio en nuestro quehacer diario para mejorar nuestra calidad de vida.
2. Respira
Sí, algo tan sencillo y mecánico que hacemos a diario nos ofrece la oportunidad de controlar el cuerpo físico y emocional. Es una de las estrategias más sencillas para hacer frente a las situaciones de estrés, nos beneficia tanto a nivel preventivo como curativo. Antes de salir de la casa al ajetreo diario del trabajo, aparta cinco minutos y haz ejercicios de respiración.
3. Lee
El medio ambiente, nuestras actitudes y comportamientos tienen influencia directa sobre nuestra predisposición a enfermedades. La lectura es una de las actividades más beneficiosas para la salud, ayuda a reducir el nivel de estrés y a mantener la mente activa.
4. Chequéate
Los expertos coinciden en que el diagnóstico precoz es esencial para tratar con éxito el cáncer. La prevención y la atención de cualquier cambio en el cuerpo es de mucha importancia, Estar atentos es una de las mejores formas de detectar un tumor maligno. Hazte un chequeo médico por lo menos una vez al año.
La prevención del cáncer es bastante simple. Basta con adoptar estilos de vida más saludables y dejar de lado hábitos de riesgo como el tabaquismo, el consumo nocivo de alcohol y la obesidad. También debes cuidarte usando protector solar y mantener un buen nivel de hidratación.
5. Come Sano
No quiere decir que tengas que estar a dieta estricta o ser vegetariano, sino evitar alimentos que todos sabemos que son dañinos como las grasas, azúcares, colorantes, etc. Por ello, una de las estrategias a seguir en cualquier dieta anti-cáncer es la de llevar una alimentación baja en glucosa y granos refinados. Además de dejar morir de hambre a los tumores, mantendrás tu peso a raya. Y no olvidemos que la obesidad impide detectar cualquier cambio en el tejido a tiempo de ser tratado.
Con cambios simples puedes tener grandes resultados. Le mostramos una lista de alimentos que debes incorporar en tu dieta porque tienen poderes anticancerígenos.
Aceite de oliva: Su ácido oleico se inserta en la membrana celular y regula la presión arterial y la multiplicación celular, rico en antioxidantes y vitamina E, siendo esta una de las grasas más saludables para nuestro cuerpo.
Agua: Mantiene vivas nuestras células, regula muchas funciones y ayuda a la eliminación de toxinas.
Aguacate: Contiene vitamina E gran antioxidante aliado contra el cáncer.
Ajo: Ayuda a reducir el riesgo de contraer cáncer por sus antioxidantes.
Albaricoque: Contiene betacaroteno que actúa atrapando radicales libres y moléculas de oxigeno libres que son compuestos tóxicos y cancerígenos.
Alcachofa: Contiene inulina, polisacárido muy eficaz en la prevención del cáncer de mama y colón.
Algas: Son depurativas, ricas en minerales y vitaminas y contienen fibra. Muy consumidas en Japón, donde la incidencia de cáncer de mama es muy baja. Se recomiendan para ayudar a eliminar los efectos secundarios de los tratamientos de quimio y radioterapia ya que refuerzan el sistema inmune.
Alimentos ricos en fibra: Tienen efecto protector ya que ejercen un mecanismo de secuestro de metabolitos potencialmente cancerígenos.
Arroz integral: Es una semilla, contiene inhibidores de la proteasa, que parece que retrasan la aparición de cáncer.
Berenjena: Retrasa el proceso de oxidación, favoreciendo el bloqueo de algunos tipos de cáncer.
Brócoli: Contiene cantidades grandes de vitamina C y betacaroteno, importantes antioxidantes.
Cebolla: Contiene alicina, compuesto rico en azufre que actúa como depurador del hígado, eliminando las sustancias tóxicas que se acumular en la sangre y los tejidos.
Chocolate negro: Rico en flavonoides, antioxidantes que combaten el daño celular que conduce al crecimiento del tumor.
Cítricos: Ricos en viatmina C, antioxidante y estimulante de las células de defensa.
Coles: Contienen I3C, sustancia química que ayuda a reparar el ADN de las células.
Espárragos: Es el alimento que contiene más glutathione, uno de los mayores enemigos del cáncer.
Espinacas: Ricas en carotenos, precursores de la vitamina A, que interviene en la prevención del cáncer.
Fresas: Efectos depurativos, ayudan a limpiar el organismo de toxinas. Contienen fibra, minerales y vitaminas.
Frutas del bosque: Moras, arándanos y grosellas son ricas en antocianina, un pigmento morado, que tiene un gran efecto antioxidante. También son ricas en vitamina A y C, minerales, pectina y ácidos vegetales. Se está estudiando su efecto preventivo contra la leucemia.
Frutos secos: Fuente importante de vitamina B, E y minerales como magnesio, manganeso, selenio y zinc. Muy antioxidantes. Ricos en grasas que nos ayudan a disminuir el colesterol LDL (colesterol malo) y el nivel de lípidos en sangre.
Guanábana: muchos estudios aseguran que su uso es muy beneficioso para el tratamiento de ciertos tumores.
Higos y ciruelas pasas: Ricos en niacina (vitamina B3), un potente inhibidor de la degeneración celular.
Huevos: Un estudio por expertos de Harvard demuestra que los huevos actúan como protectores por sus altos niveles de aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales.
Legumbres: Ricas en fibra e inhibidores de proteasas que previenen de tumores de mama y colon principalmente.
Linaza: Perfecto para la digestión y además nos ayuda a prevenir el cáncer de colon.
Manzana: Contiene catequinas y quercetina, dos fitoquímicos que protegen contra la acción de los radicales libres.
Melón: Rico en betacaroteno, buen antioxidante, y es bajo en calorías, que mantiene a raya los tumores relacionados con al obesidad.
Miel: Tiene propiedades antisépticas. Perfecto para evitar infecciones asociadas a la baja de inmunidad que conlleva el tratamiento.
Papaya: Contiene vitamina C con propiedades antioxidantes que ayudan a evitar la formación de células cancerosas en el pecho.
Piña: Contiene ácido clorogénico que combate la formación de peligrosas nitrosaminas en el estómago.
Pescado: Sus ácidos grasos omega 3, además de ser beneficiosos para el corazón y arterias, también se utilizan para mejorar el estado de las personas con cáncer.
Pimientos: Ricos en betacarotenos y vitamina C, antioxidantes y protectores de las mucosas. También contienen capsaicina, que bloquea los compuestos precancerosos que aparecen en la carne y pescados ahumados y curados.
Remolacha: Su color morado esconde un potente regenerador celular, las betaínas.
Romero: Estudios demuestran que las propiedades antioxidantes del romero pueden ser activos contra el cáncer de colon, pecho, estómago, pulmón y piel.
Setas chinas: Se utilizan en medicina tradicional china para reforzar el sistema inmune.
Soja: Contiene genisteína, inhibidor de las proteasas e isoflavonas, protectores frente al cáncer de mama.
Té verde: Contiene polifenoles, que anulan los efectos de las nitrosaminas y tiene poderes antioxidantes.
Té de manzanilla: las abuelitas tenían razón, es el mejor remedio para muchas cosas, y ahora, el cáncer se añade a la lista porque la apigenina, flavonoide contenido en la manzanilla, puede detener la propagación del mismo.
Tomate: Rico en licopeno, un caroteno que le da su color rojo y protege del cáncer de próstata. Su piel y pepitas también tienen efectos anticancerígenos.
Uva: La piel y las pepitas contienen el resveratol, que bloquean los agentes cancerígenos y el crecimiento de los tumores.
Vino: Sus efectos quimioprotectores actúan ante diversos tumores.
Yogur: Las bacterias que contiene regeneran la flora intestinal y evitan la aparición de productos tóxicos en la digestión. Muy útil para prevenir el cáncer de colon pero se recomienda para todo tipo de tumores.
Zanahoria: Su color naranja se debe a su riqueza en betacarotenos, antioxidante. Se cree que protege a los fumadores por su capacidad para regenerar las células del epitelio respiratorio.
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