AFP).- Curiosa e intrigada, Tessa Kroninjer desembarcó este lunes en La Habana junto a 600 jóvenes, la mayoría originarios de Estados Unidos,enfrentados por primera vez a una realidad ignorada o polémica en su país. “De Cuba me interesa todo”, resumió.
Trigueña, de complexión atlética, y amplia sonrisa, Kroninjer, de 20 años, es una de los 648 estudiantes, 586 de ellos provenientes de más de 200 universidades de Estados Unidos, que llegaron a Cuba a bordo del crucero Semestre en el Mar, que no tocaba la isla desde hacía nueve años.
El gigantesco barco azul y blanco, con pabellón de Nassau, atracó a las 08H00 locales (13H00 GMT) en el Puerto de La Habana, donde los jóvenes fueron recibidos por el rector de la Universidad Gustavo Cubreiro, y universitarios cubanos.
“Estoy muy emocionada. Todavía no creo que esté aquí. De Cuba me interesa conocerlo todo: la cultura, el deporte, su gente, todo”, declaró a la AFP Kroninjer, quien cursa el tercer año de Psicología en la Universidad de Carolina del Norte (sureste).
“No veo el momento de comenzar con todas las actividades”, añadió la joven en un español casi perfecto, dejando escapar su curiosidad por conocer un país vecino pero sin relaciones diplomáticas con Estados Unidos desde 1961.
Para la canadiense Emily Zmak, de 21 años, como para la mayoría de los universitarios que se enrolaron en la aventura de Semestre en el Mar, esta es su primera visita a la isla.
“Estoy muy entusiasmada con lo que pueda ver. Esta es una oportunidad extraordinaria de conocer más de este país”, dijo Zmak, que estudia en la Trinity Western University, de Columbia Británica, en Canadá.
Entre 1999 y 2004, esta “universidad flotante” visitó Cuba en 10 ocasiones, pero el intercambio estudiantil fue interrumpido por las restricciones impuestas por el gobierno de George W. Bush (2001-2009).
Como parte de su política de ampliar los intercambios académicos, culturales, deportivos y religiosos con la isla, la administración de Barack Obama otorgó al crucero en junio de este año la licencia especial para que los estudiantes estadounidenses pudiesen viajar a Cuba.
Una agenda sin tiempo para el descanso
Durante su estancia en el país, que se prolongará hasta el miércoles, los jóvenes visitarán las universidades de La Habana, Villa Clara (centro), Pinar del Río (extremo oeste) y Matanzas (occidente), donde recibirán conferencias sobre la isla, según sus anfitriones cubanos.
Especial interés ha despertado entre los visitantes el juego de béisbol, correspondiente al actual campeonato local, al que asistirán el martes en la provincia de Artemisa, vecina de La Habana.
“Mañana vamos a ver béisbol y estoy muy entusiasmada con esto, me gusta mucho el béisbol”, dijo Kroninjer.
Durante los 11 días que duró la travesía desde San Salvador de Bahía (Brasil) hasta La Habana, los jóvenes recibieron “aproximaciones rápidas a la realidad de Cuba”, explicó a periodistas el economista y profesor universitario cubano Luis René Fernández, quien los acompañó en ese tramo del viaje.
Fernández contó que durante el trayecto los visitantes apenas lo dejaron comer y le hacían toda clase de preguntas, “desde las cosas más generales hasta las cosas más específicas, como dónde se puede comer o bailar, cosas así, porque son jóvenes y casi ninguno ha estado en Cuba”.
En siete de los 10 viajes anteriores, los estudiantes fueron recibidos por el entonces presidente Fidel Castro, ahora de 87 años y retirado del poder desde 2006 por razones de salud.
“Sé que pude haber una sorpresa”, dijo Fernández, al señalar una foto de un encuentro entre Castro y los universitarios durante un viaje anterior colgada en uno de los pasillos del barco, que partió en agosto de Londres y realiza en Cuba la penúltima escala de su periplo.