La mejora en los tratamientos y un diagnóstico más precoz ha incrementando notablemente la esperanza de vida de los pacientes con cáncer. Pero también su calidad de vida y, la salud bucodental, debe tenerse en cuenta en el momento del diagnóstico del cáncer. Porque el tratamiento del cáncer, quimio y radioterapia, tiene efectos secundarios sobre la boca que deben tenerse en cuenta. Son aspectos importantes y que, adecuadamente resueltos, asegura Gloria Calsina, de la Universidad del Sur de California, en EE.UU., no solo ayudan a resolver complicaciones asociadas con la enfermedad sino también a mejorar los resultados del tratamiento quimioterápico o radioterápico.
La boca: zona sensible
Habitualmente, explica la experta, el tratamiento del cáncer se basa en la administración de quimioterapia, radioterapia y/o cirugía, dependiendo del tipo de tumor y su fase de desarrollo. Son muchos los beneficios que se derivan de estas terapias, pero también es frecuente la aparición de efectos secundarios locales y sistémicos. La cavidad bucal es especialmente susceptible a los efectos tóxicos tanto de la quimioterapia como de la radioterapia.
Entre otras consecuencias, estos tratamientos impiden que las células de la boca se renueven, haciéndose la mucosa muy delgada y fácilmente ulcerable. Las complicaciones bucales graves pueden llevar, incluso, a interrumpir el tratamiento oncológico y a comprometer la vida del paciente. Aunque gran parte de estos efectos secundarios son inevitables, si se instauran pautas de higiene bucal adecuadas se consiguen eliminar infecciones bucales y factores dañinos para la mucosa bucal, lo que termina por reducir la frecuencia y gravedad de las lesiones bucales asociadas a la quimio o radioterapia.
Principales complicaciones
Básicamente, son cuatro los tipos de trastornos bucales que puede ocasionar la quimioterapia, desde la aparición de la denominada mucositis oral ulcerativa1 y el aumento del riesgo de infecciones, pasando por la alteración o pérdida del gusto y hasta la sequedad bucal.
Por su parte, la radioterapia puede dañar directa y permanentemente el tejido de la boca, las glándulas salivares y el hueso. Los pacientes que se someten a esta terapia pueden desarrollar trastornos bucales tales como la mucositis, siendo también más frecuente la aparición de caries múltiples y periodontitis. La disminución de secreción salival y la xerostomía o síndrome de boca seca son los efectos más graves a largo plazo
¿Qué hacer?
Ante estos riesgos, una adecuada salud bucal antes, durante y después de la quimio o de la radioterapia es fundamental.
Antes de la quimioterapia/radioterapia: Es fundamental acudir al dentista por lo menos un mes antes del inicio del tratamiento, lo que permite minimizar la aparición de complicaciones bucales y sistémicas. Junto con la realización de una historia médica minuciosa y una exhaustiva exploración bucodental clínica y radiográfica, se deberán tratar las infecciones bucodentales presentes y se aconseja la extracción de dientes con pronóstico cuestionable y dientes impactados; además, se recomienda eliminar prótesis removibles en mal estado y mal ajustadas y brackets de ortodoncia.
Durante la quimioterapia/radioterapia: El tratamiento dental se debe de posponer hasta el final del tratamiento oncológico.
Una vez acabada la quimioterapia/ radioterapia: Mantener con salud dientes y encías, y tratar los efectos secundarios bucales del cáncer a largo plazo. Se debe evitar el uso de prótesis completas o removibles hasta después de un año de finalizar el tratamiento oncológico y esperar dos años para colocar implantes si ha recibido radioterapia. No se recomienda realizar ninguna intervención odontológica agresiva hasta pasados 6 meses desde la finalización de la quimioterapia o un año de la radioterapia.