“Es un tío de equipo, de mirada noble, simpático”, dicen en el cuerpo técnico de la selección sobre el primer día de Diego Costa en el grupo español. Con la mirada baja, levantándola con timidez, consciente de que era el personaje del día en la selección, el goleador del Atlético se presentó en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas escoltado por Koke y Juanfran. Novato en esas llegadas, donde la prensa aborda a los jugadores según aparecen, Costa no sabía sí debía pararse o no ante los micrófonos y las grabadoras. Al final, siguió el rebufo de sus compañeros de equipo y desapareció por la puerta de la residencia, donde fue recibido por el cuerpo técnico de la selección. Poco después llegó Sergio Ramos, que confirmó la paz con la que Costa llega a la selección pese a hacerlo el día después de un derbi duro, de pierna fuerte, en el que protagonizó varios lances con el propio central blanco en los que ninguno escatimó virilidad en sus encuentros.
Sin embargo, esta vez el cuerpo técnico de la selección no ha tenido que intervenir como sucedió en aquellos enfrentamientos entre los jugadores del Madrid y del Barça. “Entonces sí intervinimos, pero con prudencia. Les advertimos de que hay cosas que no se pueden hacer porque perjudican el ambiente del grupo”, aseguran en el cuerpo técnico. Pisotones sin balón, como el de Arbeloa al propio Costa en la ida de la Copa, son esa clase de gestos que los seleccionadores no quieren ver entre sus internacionales porque vician e inflaman el ambiente como sucedió en el maratón de clásicos.
Ya en el entrenamiento de la tarde, Del Bosque le alineó en un hipotético once titular que se medirá a Italia mañana en el Vicente Calderón (22.00). Hay en la llamada de Costa dos puntos que a Del Bosque le convencen sobremanera. Por un lado, la energía que dice que transmite su juego al resto de compañeros; por otro, la profundidad que últimamente no ha encontrado el juego combinativo de La Roja.La única advertencia que ha hecho Del Bosque respecto a la llegada de Costa la hizo nada más saber su decisión. Fue un aviso para navegantes. “Esto no es un coto cerrado de los jugadores”, advirtió cuando le preguntaron por las posibles reticencias que podía generar su presencia entre algunos futbolistas que pudieran ver amenazada su presencia en la selección. “Diego es un buen tipo y eso le ayuda a integrarse. Ha tenido mucho cariño por parte de todos”, asegura un testigo cercano a ese primer día del hispanobrasileño, en el que ya posó con la camiseta de la selección y participó de los rodajes publicitarios con los patrocinadores. En el grupo manejan hace tiempo la información de que Costa es un tipo risueño, bromista y generador de buenos ambientes.
EL PAID