Dos presos fueron decapitados este domingo y un número indeterminado resultó herido en una rebelión de internos de una penitenciaría de Paraná, estado del sur de Brasil, cuya dirección aún negociaba a comienzos de la noche de este domingo la liberación de tres rehenes, informaron fuentes oficiales.
La rebelión es protagonizada por cerca de 800 de los 1.040 presos de la Penitenciaría Estatal de la ciudad de Cascavel, que reivindican mejores condiciones de infraestructura, alimentación e higiene, así como el fin de supuestos abusos y actos violentos por parte de la guardia carcelaria.
Los amotinados decapitaron a por lo menos dos de los presos, entre ellos un expolicía, y arrojaron a tres personas desde el tejado de uno de los pabellones de presidio, a una altura de 15 metros, cuyo estado de salud es desconocido, según el Departamento Penitenciario de Paraná (Depen).
El organismo informó igualmente que algunos internos han sido trasladados con heridas a centros médicos y que otros presos permanecen heridos en la unidad carcelaria sin ningún tipo de atención.
La rebelión comenzó hacia las 07.00 hora local (10.00 GMT) cuando uno de los guardias se disponía a servir el desayuno y fue tomado como rehén.
Otro guardia y un agente de la Policía Civil también fueron tomados como rehenes por los amotinados.
A pesar de que los presos ya habían amenazado con una protesta contra la violencia de sus carceleros, tan sólo diez guardias custodiaban el presidio a la hora del incidente.
Los amotinados ocuparon el tejado del penal, a donde llevaron a los rehenes y en donde le prendieron fuego a varios colchones.
La Policía Militarizada del estado de Paraná cercó el centro carcelario a la espera de las negociaciones adelantadas por oficiales de la corporación y funcionarios del Depen.
Los amotinados expusieron en el tejado letreros con las siglas PCC, en referencia al Primer Comando de la Capital, la mayor organización criminal del estado de Sao Paulo y que es comandada desde las prisiones.
EFE