Casi con toda seguridad el equipo azulgrana no vestirá la camiseta de la 'senyera' el próximo día 13 contra el Athletic en la jornada que el club dedica a la celebración del Tricentenari. Esta es hoy la hipótesis que se baraja a menos que la coyuntura cambie radical e imprevistamente en pocos días.
La inciativa de jugar con la camiseta que fue la segunda equipación oficial la temporada anterior partió de la voluntad del área institucional de añadir a la adhesión del Barça a los actos institucionales del Tricentenari un toque de identificación con la celebración que se vivirá en el Camp Nou.
Contra el Athletic, en efecto, el Barça ha invitado a su Llotja a la plana mayor de las más representativas instituciones catalanas y a los comisarios del Tricentenari. Aunque lógicamente asistirán los políticos más destacados de Catalunya, el Barça entiende que la fiesta se ciñe al espacio de la fiesta del Tricentenari sin que ello suponga apartarse de su credo catalanista por encima de todo pero independiente de cualquier elección o acción política. De hecho, el club no participará en la 'V 2014' del Onze de Setembre y sí en los diferentes actos institucionales de la Diada como es tradición.
Cuando la junta directiva valoró la propuesta de jugar el día 13 con la cuatribarrada la opción también se entendió como un gesto más institucional y de apego a esa catalanidad consustancial del club. Sin embargo, la tramitación posterior ha caminado exclusivamente por el ámbito de lo futbolístico y del reglamento vigente de competiciones.
Fiesta catalanista
Lo que el Barça si tenía claramente definido es que, al margen de que el Camp Nou vaya a desplegar el sábado una senyera gigante y el logo del Tricentenari en un mosaico espectacular, una vez concluidas las ceremonias empieza lo que es exclusivamente un partido de fútbol, que es también la esencia del club, y la disputa de tres puntos importantísimos.
En ese terreno, la licencia de vestir una camiseta u otra contra el Athletic no es del club, sino que está sujeta, además de a una reglamentación estricta, a la voluntad última y absolutamente incuestionable del colegiado Fernández Borbalán. Incluso si la Federación de Villar se mostrara sensible a permitir el cambio, la autoridad seguiría recayendo en el árbitro.
Por otro lado el club está obligado a facilitar al inicio de temporada la camiseta oficial de los partidos de casa, precisamente para evitar cambios y que los visitantes sepan si existen coincidencias de colores en el uniforme.
El Barça podría hacer un último intento, vía Athletic, para poder cambiar de uniforme, pero la camiseta de la 'senyera' ya no está entre las oficiales y en todo caso lo debería aprobar el árbitro.
Otro aspecto radica en si, habiéndose cometido errores administrativos en la inscripción de jugadores ante la FIFA, que ha acabado con multa al Barça y a la RFEF, el club está en condiciones de arriesgarse a ser denunciado por saltarse la reglamentación y exponerse a nuevas sanciones. No parece el momento apropiado para arriesgarse. MD