Análisis DPA: lucha de poder en mercado petrolero enfrenta a EE UU con países de la Opep
(dpa) - El mercado petrolero enfrenta en estos días una lucha de poder. Estados Unidos busca asumir un posición dominante gracias al fracking, mientras Arabia Saudí presiona para reducir los precios del crudo por debajo de los costos de producción y hacer frente así al “boom” del petróleo de esquisto. El resultado: un exceso en la oferta y los precios en caída libre.
Un barril (159 litros) del crudo WTI se cotizaba a menos de 75 dólares la semana pasada y registraba así uno de los precios más bajos de los últimos años. Mientras los usuarios salen beneficiados, la situación afecta a muchos de los países petroleros, entre ellos Venezuela.
“Estados Unidos es visto como el nuevo campo de batalla”, dice la experta Amrita Sen, de la consultora Energy Aspects.
El fracking, una técnica cuestionada por los ambientalistas que permite extraer gas y petróleo de esquisto del subsuelo a través de una perforación en la que se inyecta agua a presión y químicos, le otorgó un rápido crecimiento a la industria energética estadounidense.
La producción de crudo superó los 9.000.000 de barriles por día por primera vez desde los años 70, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA).
“Cuando se trata de crudo y combustibles fósiles, Estados Unidos creció exponencialmente”, dice Edward Morse, director de análisis de materias primas en Citigroup. Estados Unidos inunda el mercado mundial con petróleo barato, lo que afecta la rentabilidad y reduce el poder de estados petroleros como Arabia Saudí, el mayor productor de la Opep.
Hasta ahora los saudíes se oponían a una baja de precios y reducían la oferta. Esta vez, a principios de noviembre le ofrecieron una sorpresiva rebaja especial a los clientes estadounidenses.
Pero esta jugada podría estar fríamente calculada. Muchos analistas presumen que los saudíes quieren probar el límite de la industria estadounidense. El fracking es más caro, por lo que si el precio del petróleo baja demasiado, no vale la pena asumir los costos de su producción y ya no hay más boom. Cuál es exactamente el límite, ahí radica la controversia.
“El mercado necesita inversiones a largo plazo para que el precio de unos 90 dólares por barril represente una marca crítica”, asegura la analista Sen.
En cambio, la EIA considera que los costos de producción para el petróleo de esquisto se redujeron claramente en los últimos años y que los productores ineficientes sólo representan una porción pequeña en el volumen del mercado. “Aunque el precio del WTI cayera por debajo de los 75 dólares, el crecimiento en los próximos años se mantendría en un nivel relativamente alto”, asegura Morsa, del Citigroup.
Tampoco está claro cuánto podrá mantener Arabia Saudí su estrategia de crudo barato en el seno de la Opep. Muchos miembros del cartel petrolero están con el agua hasta el cuello por la caída del precio del petróleo.
De hecho, funcionarios venezolanos visitaron en los últimos días varios países socios de la Opep en busca de apoyo a la estrategia del presidente Nicolás Maduro de estabilizar los precios del crudo.
El mandatario dijo que en el último mes el país ha perdido 30% de sus ingresos de divisas por la caída del petróleo. El precio del barril venezolano está en 70 dólares, cuando en junio marcaba 99 dólares.
Maduro afirmó que Estados Unidos está “inundando” el mercado para afectar las economías de Irán, Rusia y Venezuela.
Por eso la reunión de la Opep del 27 de noviembre, donde se espera que tanto Venezuela como Ecuador propongan reducir la producción, es esperada con ansias.
De todas formas, para la mayoría de la población la guerra del petróleo es una bendición: la EIA estima que los precios del combustible en Estados Unidos registrarán en 2015 el menor precio en cuatro años.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que una caída del 10% en el precio del crudo podría provocar un crecimiento de la economía mundial del 0,2%. Cuanto más barato es el crudo, menores son los costos de producción de muchas empresas. Además, los consumidores tienen más dinero para gastar, porque ahorran en costos de calefacción y gasolina. Por eso,muchos creen que la guerra por el precio del petróleo podría terminar funcionando como un gran paquete de estímulo.