Como si no tuviese bastantes problemas con sus propias dudas e inseguridades, al Barça le quedó claro una jornada más en Getafe que va a salir perdiendo por goleada en la diferencia de trato arbitral respecto al Madrid. Esa diferencia en las decisiones de los árbitros, tradicionalmente favorable a los blancos a pesar de campañas tan mentirosas y mezquinas como la del villarato, está alcanzando esta temporada cotas épicas. Una mano clamorosa del defensa del conjunto azulón, rebañando la pelota en el área desde el suelo para que Messi no la controlase, quedó impune, como suelen quedar impunes casi todos los que le hacen al Barça esta campaña.
Una jugada parecida pero mucho menos clara que la de Valera, la de Piqué en el Bernabéu, hizo que Undiano no dudase ni una milésima de segundo en pitar penalti. La acción de Valera fue mucho más clara, pero a Bikandi Garrido (el árbitro del Getafe-Barça) le entró el miedo a pitar a favor del Barça, porque es algo que queda mal. En cambio, equivocarse contra el conjunto azulgrana y de paso fastidiar a Messi es algo que aparentemente otorga prestigio social, al revés de lo que pasa con la polémica arbitral asociada al Madrid.
No es de extrañar que genere pavor pitar alguna cosa contra los blancos: la pasada temporada, Ayza Gámez expulsó a Cristiano Ronaldo en San Mamés por golpear a Iturraspe tras tirarle histéricamente del pelo. Ayza fue enviado a la 'nevera' y estuvo cinco jornadas sin arbitrar como 'premio' por expulsar a Cristiano Ronaldo.
Esta forma diferente de afrontar los partidos del Madrid y los del Barça se traduce en una escandalosa goleada en los penaltis a favor que hasta el momento han tenido unos y otros en la Liga: siete del Madrid por uno del Barça. Los del equipo madridista, además, muy oportunos en partidos que se le estaban complicando , además de ridículos, como en el reciente piscinazo de Ronaldo ante el Celta.
La influencia de Pérez
Esta diferencia de penaltis mantiene la línea desde el regreso de Florentino Pérez a la presidencia del club blanco. En los años anteriores, los árbitros dejaron de perjudicar al Barça respecto al Real Madrid. La pérdida de ese privilegio originó la falacia del villarato, no pensada para denunciar injusticia alguna sino para que el Madrid siguiese teniendo ventaja.
Con Pérez, a pesar de que el Barça ha vivido la época de mayor esplendor del fútbol de ataque, todo ha vuelto a la normalidad histórica: 55 penaltis a favor por 19 en contra del Madrid. Y 37-18 del Barça. +36 a +19.
MD