El ciudadano estadounidense Alan Gross ha sido puesto en libertad por el Gobierno de Cuba y ya se encuentra en una base militar de EEUU, tras pasar cinco años en prisión acusado de espionaje.
Aunque desde un principio la Administración de Estados Unidos negó las acusaciones de espionaje y lo desvinculó de cualquiera de sus agencias de inteligencia, Gross -detenido en la isla en 2009- fue condenado a quince años de cárcel.
Nacido en Nueva York el 2 de mayo de 1949, Gross estudió en la Universidad de Maryland y en la Virginia Commonwealth University.
Durante más de 25 años, llevó a cabo una amplia trayectoria profesional en el campo del desarrollo internacional en más de 50 países de Oriente Medio, África y Europa.
Así, trabajó en proyectos en la comunidad minera de Balchistán (Pakistán) y con los palestinos de la franja de Gaza y Cisjordania, así como en iniciativas agrícolas en Azerbaiyán y Bulgaria.
Cuando el 3 de diciembre de 2009 fue detenido en La Habana acusado de espionaje, trabajaba como empleado de la empresa Development Alternatives Inc. (DAI), con sede en Maryland (EEUU) y subcontratista en la realización de tareas para la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID).
Desde el principio, Estados Unidos negó cualquier vinculación de Gross con el espionaje.
A comienzos de febrero de 2011, la Fiscalía cubana pidió para Gross una pena de 20 años de cárcel por “actos contra la independencia o integridad territorial” de la isla.
El 12 de marzo fue condenado a 15 años de prisión por ese delito, al participar en un “proyecto subversivo del Gobierno de Estados Unidos” encaminado a “destruir” la revolución con sistemas de comunicaciones ilegales.
Gross recurrió la sentencia ante el Tribunal Supremo, que revisó el caso el 22 de julio, pero esta corte desestimó la apelación y ratificó la sentencia de 15 años de cárcel el 5 de agosto de 2011.
A lo largo de este tiempo, políticos como el expresidente estadounidense Jimmy Carter o el exgobernador de Nuevo México Bill Richardson han viajado a la isla para interesarse por su estado.
El 1 de diciembre de 2011 su madre, Evelyn, hizo público un vídeo en el que pedía al presidente cubano, Raúl Castro, su liberación.
Además, en varias ocasiones la sociedad civil estadounidense se ha movilizado a favor de su puesta en libertad.
En diciembre de 2011, Castro anunció el indulto de casi 3.000 presos por razones humanitarias, pero entre ellos no estaba Gross.
En noviembre de 2012, Gross y su esposa demandaron a Estados Unidos y a la empresa DAI ante un tribunal federal en Washington por no haberle advertido de los riesgos de viajar a Cuba para participar en el proyecto.
Presentaron una segunda demanda en un tribunal federal de Maryland contra la aseguradora Federal Insurance Company, por no cumplir con sus obligaciones de cubrir ciertos gastos y otras pérdidas por su arresto en Cuba.
La querella contra DAI se cerró con un acuerdo confidencial en mayo de 2013, mientras que la demanda contra el Gobierno la perdió Gross en 2014.
Mientras tanto, a finales de 2012 y ante las noticias que hablaban de su deterioro físico, Cuba divulgó su historial médico y desmintió que estuviera en esa situación, lo que fue muy criticado por los abogados de Gross.
Su esposa emprendió numerosas acciones en Estados Unidos para solicitar su puesta en libertad, como instar a la Casa Blanca a que interviniera en el caso, al tiempo que el Senado de EEUU aprobó una resolución en la que reclamaba su liberación.
En abril pasado, Gross inició una huelga de hambre para pedir su excarcelación, coincidiendo con la revelación de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional de que había mantenido una red social en Cuba a través de teléfonos móviles.