(Madrid, 2 de enero dpa) – España se toma en serio la amenaza del yihadismo y, en particular, del Estado Islámico (EI), según las declaraciones hechas hoy por varios miembros del gobierno de Mariano Rajoy.
“El riesgo de contagio (del EI) por todo el norte de África es muy serio, una auténtica amenaza para nuestra seguridad nacional”, manifestó el ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo, en una entrevista publicada hoy por el diario “El País” y realizada durante una gira del diplomático por Cercano Oriente.
En Madrid fue su compañero de Interior, Jorge Fernández Díaz, el que expresó los temores a la organización terrorista y a los atentados yihadistas. Las fuerzas de seguridad “no bajan la guardia”, dijo, “no estamos exentos de ellos” porque “cualquier lobo solitario” puede actuar como ocurrió en maratón de Boston.
Sus palabras llegaron en un día en el que un desequilibrado mental resucitó el fantama del 11-M al amenazar con inmolarse con explosivos que no llevaba en un tren en la céntrica estación de Atocha, escenario de los atentados islamistas que en 2004 dejaron 191 muertos.
España ha detenido en los últimos meses a varias personas -entre ellas mujeres- que se disponían a unirse a las filas del EI.
El país aporta tres centenares de militares -que van a desplegarse en el sur de Irak- a la coalición internacional contra el EI que lidera Estados Unidos. Su misión es de formación al Ejército iraquí para enfrentarse al grupo yihadista.
Además, según señaló el ministro del Interior, España aplica contra el terrorismo islamista la “especialización” que desarrolló en la lucha contra ETA, que en cuatro décadas mató a más de 800 personas en su pretensión de lograr la independencia del País Vasco del resto de España.
Desde el Ministerio de Defensa llegaron también palabras de preocupación. La amenaza del EI para España es “muy seria”, según el secretario general de Defensa, Alejandro Alvargonzález, que en declaraciones a la Cadena Ser consideró que atajarla pasa por frenar a la organización terrorista en Libia.
“Es una amenaza muy seria a la que la comunidad internacional se tiene que enfrentar, primero a través de la política, para estabilizar el país, y luego, ya veremos si son las fuerzas libias las que se enfrentan a ese mal o si la situación aconseja otro tipo de actividad en la zona”, indicó.