Las fuertes corrientes marinas dificultaron hoy la búsqueda de las cajas negras y víctimas del avión de AirAsia que se estrelló con 162 personas a bordo el 28 de diciembre en el oeste de Indonesia, un accidente en el que hasta ahora solo han sido rescatados 37 cadáveres.
A pesar de la mejora de las condiciones climáticas, los buzos no pudieron sumergirse a causa de las corrientes para confirmar que cinco grandes objetos localizados con radares en el fondo del mar de Java pertenecen al Airbus 320-200 del vuelo QZ8510.
Tampoco pudieron descender varios submarinos no tripulados equipados con cámaras para tratar de confirmar si los restos, de entre 7 y 18 metros de largo y detectados a 30 metros de profundidad, pertenecen al fuselaje del aparato.
Hasta el momento, los equipos de rescate han recuperado en el mar 37 cadáveres, de los que han identificado a 13, según el canal de televisión Channel News Asia.
El portavoz de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate (Basarnas), Bambang Soelistyo, manifestó ayer que, en su opinión, las cajas negras se encuentran cerca de las partes sumergidas del avión, donde cree que algunos pasajeros puedan estar atrapados en sus asientos.
A pesar de la escasa profundidad, el barro en el fondo marino también dificulta la captación de las señales que envían las cajas negras, que cubren en óptimas condiciones un radio de entre 2.000 y 3.000 metros.
Las baterías de las cajas negras se agotarán el próximo 27 de enero, cuando se cumple el límite de 30 días de duración.