El secretario general de la ONU advirtió que su organización no tolerará que los crímenes en Siriaqueden "impunes ya que su población no lo merece", y expresó su "enfado y vergüenza" ante la prolongación del conflicto en Siria.
En la inauguración de la III Conferencia de Donantes de Siria en la capital kuwaití, Ban Ki-Moon no sólo mostró "su enorme enojo y frustración con la comunidad internacional por su incapacidad para poner fin a la guerra", sino que advirtió que la seguridad en la región se tambalea.
La población siria "no pide simpatía, está pidiendo apoyo", explicó el secretario general de la ONU, para quien las visitas a los campamentos de refugiados son las que le producen vergüenza cuandolos niños le preguntan "¿qué hemos hecho?, ¿porqué estamos aquí? o ¿cuándo volvemos a casa?".
"No tengo respuesta", dijo un apesadumbrado secretario general, que si tuvo palabras de elogio para el anfitrión de la cumbre humanitaria, el emir de Kuwait, Sabah al Ahmad al Sabah.
El aumento de las necesidades en la región es la principal causa del incremento en la petición de ayuda económica de Naciones Unidas, explicó su secretario general, que justificaba así los 8.400 millones de dólares solicitados a los donantes.
"Cuatro de cada cinco sirios vive en la pobreza, la miseria y las privaciones", concluyó Ban Ki-Moon para resumir la situación de la población del país, donde los refugiados palestinos son otro ejemplo de las penalidades del conflicto.
EFE