Luego de que se declarara legalmente muerta a su pequeña Matheryn, una pareja decidió congelarla criogénicamente con la esperanza de que la ciencia sea capaz en el futuro de hallar una cura para su hija de dos años.
De esta manera, Matheryn Noavaratpong se convirtió en la persona más joven en ser congelada, en un proceso realizado en Tailandia, desde donde fue trasladada hacia Estados Unidos para conservar su cuerpo y su cerebro en un contenedor de acero inoxidable con nitrógeno líquido.
Matheryn tenía un tumor de 11 centímetros en el cerebro por el cual fue operada 12 veces sin resultados favorables. Además, estas intervenciones quirúrgicas provocaron que pierda el 80% del lado izquierdo del cerebro.
Sus padres decidieron retirar la respiración artificial para continuar con el proceso de congelamiento cuyo costo asciende a 80 mil dólares. AGENCIA