Las nuevas sustancias psicoactivas, un tipo de drogas de reciente aparición y en su mayoría sintéticas, han alcanzado una variedad inédita que plantea retos para quienes diseñan las políticas de control de narcóticos en las Américas, aseguró la Organización de Estados Americanos (OEA).
El "Informe sobre el Uso de Drogas de las Américas de 2015" publicado el miércole por la OEA dedica un capítulo a las nuevas sustancias psicoactivas (NSP), que han sido conocidas en el mercado por términos como "drogas de diseño", "euforizantes legales", "hierbas euforizantes", "sales de baño" o "reactivos de laboratorio".
Esas nuevas sustancias "a menudo tienen propiedades químicas o farmacológicas similares a las sustancias controladas internacionalmente", y "su variedad nunca ha sido tan amplia como lo es ahora", aseguró la OEA en el informe.
"La aparición de nuevas sustancias psicoactivas plantea un reto para quienes tienen la responsabilidad de diseñar las políticas, no solo en el plano de la reducción de la demanda, sino del control de la oferta", sostuvo el organismo continental.
La OEA precisó que el surgimiento de las NSP "ha modificado los patrones tradicionales de elaboración de drogas ilícitas, simplificando sus procedimientos y, por lo tanto, eventualmente en cualquier país se podrían elaborar estas drogas".
Para hacer frente a ese desafío es necesaria "una política pública bien diseñada", basada en "información relevante y actualizada", sostuvo el informe.
La ONU define las NDP como "sustancias de abuso, ya sea en forma pura o en preparado, que no son controladas por la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes ni por el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de 1971, pero que pueden suponer una amenaza para la salud pública".
Muchas de esas sustancias están diseñadas para imitar fármacos bajo control, entre ellas los cannabinoides sintéticos, las catinonas sintéticas, las fenetilaminas, la triptamina y sus derivados y la ketamina.
Uno de los mayores mercados para esas sustancias está en Norteamérica, principalmente en Estados Unidos y Canadá, países en los que el número de NSP "casi se han cuadruplicado entre 2010 y 2013", según la OEA.
"En Estados Unidos, los cannabinoides sintéticos surgieron por primera vez en el mercado de las drogas en 2008 y fueron comercializados como una 'alternativa legal a la marihuana'", ya que su uso produce efectos similares, explicó la OEA.
En cuanto al centro y el sur del continente, el informe indica que entre 2008 y 2014 se reportaron a la ONU un total de 73 NSP distintas desde Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Panamá y Uruguay.
De ellas, "la mayoría consistían en fenetilaminas, seguido de cannabinoides sintéticos, catinonas sintéticas, piperazinas y sustancias de origen vegetal".
Algunas de las nuevas sustancias tienen efectos similares al LSD y pueden producirse con el objeto de venderlas a un mercado ya establecido para esa droga en países como Colombia, Chile o Brasil.
Aunque las NSP en su mayoría son drogas sintéticas, también hay una categoría de drogas de origen vegetal que "no necesariamente son sustancias nuevas" pero tampoco "forman parte de un contexto tradicional", y "han emergido en los últimos años transformándose en una amenaza potencial para la salud pública", según la OEA.
"Gran parte de esta modalidad de nuevas drogas son plantas o sustancias de origen vegetal con propiedades psicoactivas", como el kratom, una planta nativa del Sudeste Asiático o la Salvia divinorum, autóctona de Oaxaca (México), indicó la OEA.
Además, ha crecido el consumo de sustancias que "estaban destinadas única y exclusivamente a rituales religiosos propios de los pueblos originarios de América" y que atraen a "consumidores jóvenes, de estratos socioeconómicos altos y que utilizan estas drogas con fines exclusivamente recreativos".
Entre ellas, el informe cita los hongos alucinógenos, el yagé o ayahuasca o el cacao sabanero.
EFE