(París, 7 de junio. DPA).- Todos los tenistas pierden en las comparaciones directas con Roger Federer, pero si además uno se llama Stanislas Wawrinka y comparte nacionalidad con el posiblemente mejor jugador de la historia todo lo que consiga parecerá poco.
Sin embargo, “el” tenista suizo del momento es Wawrinka. Dueño de un revés a una mano perfecto por potencia, colocación y ejecución, fue él el que apabulló hoy al serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, para conquistar el Abierto de Francia.
Wawrinka nunca logró sacarse de encima la gigantesca sombra de Federer, campeón de 17 grandes.
“Está bien que en la primera pregunta nombres a Roger”, dijo, molesto, nada más comenzar la rueda de prensa posterior a su victoria sobre el francés Jo-Wilfried Tsonga en semifinales. El periodista le dijo que tenía la oportunidad de igualar a Federer en número de títulos de Roland Garros.
No le sentó bien a Wawrinka, de 30 años y que vivió toda su carrera en un segundo plano en su país. No obstante, Federer le debe en gran medida a su compatriota la conquista de la Copa Davis en 2014.
Juntos, además, lograron en Pekín 2008 el oro olímpico en dobles, pero los titulares fueron -como casi siempre- para Federer. No ahora. Wawrinka ya tiene dos Grand Slam y su compatriota no gana uno desde Wimbledon 2012.
Wawrinka, que vivió momentos tensos con su compañero en el último Masters de Londres -a días de la final de la Davis-, tumbó a Federer en los cuartos de Roland Garros en tres sets con un espectáculo tenístico.
Era tan sólo su tercera victoria frente a Federer en 19 duelos. Ante Djokovic perdió 17 de 20 partidos. Con el español Rafael Nadal acumula 12 derrotas y dos victorias, mientras que con Andy Murray todo se iguala más, con 8-6 a favor del británico.
En total, ante los miembros del “Big Four”, los grandes dominadores del tenis en la última década, la cifra es de 14 triunfos por 53 derrotas. Pero el número esconde algo: si hay un tenista capaz de luchar de tú a tú con los grandes y de desquiciarlos en los grandes escenarios, ése es “Stan The Man”. Hoy lo volvió a demostrar.
“Cuando juego a mi mejor nivel, sé que puedo ganar a cualquiera”, dijo Wawrinka, un jugador que ganó a Federer, Nadal, Murray y Djokovic en Grand Slam.
Su revés es tan bello como letal. Parecido al del brasileño Gustavo Kuerten, triple campeón de Roland Garros y que fue justo el que le entregó a Wawrinka la Copa de los Mosqueteros. “¡Guga, Guga, Guga!”, gritaban los casi 15.000 aficionados que llenaron hoy la pista Philippe Chatrier.
“Probablemente tiene el mejor revés a una mano de todo el circuito. No tengo ninguna duda de que es uno de los mejores reveses a una mano que he visto nunca”, dijo hoy Djokovic. “Es muy poderoso y puede crear mucho efecto, da mucha rotación a la pelota. La puede dar muy cerca de la línea, la bloquea bien, la da con efecto corta, larga… Tiene mucha variedad desde la línea de fondo”.
Su triunfo sobre Nadal en Australia 2014 fue una liberación para el hombre que luce en el brazo izquierdo un tatuaje con la frase “Siempre lo intentaste. Siempre fallaste. No importa. Inténtalo otra vez. Falla de nuevo. Falla mejor”.
“El hecho de haber ganado antes un Grand Slam me hace estar más calmado. Incluso aunque esté nervioso, estoy más tranquilo”, dijo Wawrinka.
Tras ganar aquel título pidió a la ATP que le llamaran “Stan” y no Stanislas. Incluso, llegó a superar en el ranking a Federer.
Nacido en Lausana el 28 de marzo de 1985, Wawrinka trabaja desde abril de 2013 con el ex tenista Magnus Norman. El sueco le enseñó el camino hacia la confianza y la mentalidad ganadora. “Es un entrenador buenísimo”, dijo una vez “Stan The Man”.
Wawrinka encontró la consistencia y la confianza al tiempo que Federer parecía desprenderse de ella. Es Wawrinka, “el” tenista suizo del momento.