Desde tierra especial, medidores de humedad y libros sobre el cultivo de marihuana hasta tijeras para cortarla son algunos de los productos cuya oferta ha aumentado en Uruguay, un año después de la reglamentación de la ley que permite la producción y el mercado del cannabis bajo control del Estado.
"Percibimos que hubo un incremento y sigue habiendo porque el mercado se ha abierto y va a seguir creciendo. Ya lo vemos con la cantidad de negocios como este que han proliferado en el último año, hay alrededor de 20", dijo a Efe Juan Manuel Varela, dueño de una tienda de productos para el cultivo de marihuana en el centro de Montevideo.
En su negocio vende nutrientes, accesorios y aditivos agrícolas para sembrar en macetas, sistemas de riego, carpas de cultivo que permiten plantar en lugares cerrados, medidores de temperatura y de humedad, tijeras especiales para cortar las hojas, papelillos para envolver los cigarrillos de marihuana y libros, "todo referido al cultivo de cannabis", destacó.
El 10 de diciembre de 2013, la ley fue definitivamente aprobada por el Parlamento, pero su reglamentación fue firmada por el entonces presidente e impulsor de la iniciativa, José Mujica, en mayo del año pasado.
En agosto de 2014, empezaron los registros para los cultivadores domésticos o autocultivadores -como también son conocidos- que pueden tener hasta seis plantas de marihuana en su residencia, de acuerdo con la reciente legislación.
Aparte de las tiendas especializadas en ese mercado, un tipo de tierra especial diseñado para el cultivo de cannabis también apareció en los estantes de varios supermercados uruguayos a principios de este año.
"Aprovechamos el furor de la ley e hicimos la tierra con un visual de la marihuana. La gente se identifica con la hoja y los colores de Bob Marley. Yo me jubilé como publicista y tengo ideas. Todas las tierras que hay a nivel de supermercado se juegan mucho al envase", explicó a Efe el productor de tierras para jardines Carlos Mollo.
Según este expublicista, su producto ha tenido buena aceptación en los supermercados, que representan un "55 % de la venta de todo el negocio".
"No sé si quienes la compran son cultivadores de marihuana o cultivadores en general porque el que planta sabe que los componentes son muy buenos y le da una seguridad bárbara a la semilla, del 80 al 85 % de que va a germinar, cualquier semilla", dijo Mollo, quien aseguró que no sabe "cómo es la semilla de la marihuana".
Para la universitaria Daiana Castillo, cultivadora de marihuana desde "hace muchos años", si bien la ley no le cambió mucho su realidad, ahora hay un mejor acceso a los productos.
"Quizás ahora tengo más cosas, es más fácil llegar a los componentes para plantar, quizás tengo más amigos plantando o más gente interesada en el tema o por lo menos se discute, a diferencia de antes (de la ley) que no se tocaba (el asunto)", declaró Castillo, quien adquiere la tierra en la tienda especializada en el centro de Montevideo.
A su juicio, la creciente oferta de productos relacionados con el cultivo de cannabis demuestra que la ley "es un avance social" frente a los tabúes, para que los cultivadores no sean "vistos como delincuentes".