De los muchas instantáneas que se pueden extraer de los Juegos Panamericanos Toronto 2015, quince resumen una competición marcada por actos deportivos y extradeportivos.
Las ceremonias de inauguración de grandes eventos deportivos como los Juegos Olímpicos y los Juegos Panamericanos se han convertido en una declaración de intenciones en las que el país anfitrión se vuelca para mostrar su lado más positivo y grandioso.
Toronto 2015 no fue la excepción y la organización reclutó al grupo canadiense más reconocido en todo el mundo, el Circo del Sol, para coreografiar una espectacular ceremonia de apertura dominada por la historia indígena de Canadá.
Aunque la ceremonia de apertura es la que atrae a un mayor número de espectadores, los atletas son los héroes y protagonistas de los juegos. Y una de las medidas del heroísmo de los atletas es la contabilidad de las medallas.
Bajo ese estándar, Toronto 2015 ha asistido a la coronación de un nuevo rey de los Panamericanos, el nadador brasileño Thiago Pereira que sumó en Canadá su medalla número 23 en la competición, superando la marca histórica de 22 del gimnasta cubano Erick López.
Sobre tierra, ha sido un canadiense, Andre De Grasse, el que en Toronto ha reclamado su espacio en los libros de historia al ganar los 100 y 200 metros lisos, dos de las pruebas reinas del atletismo.
Los que también corrieron fueron un buen número de deportistas cubanos. Al menos 28 deportistas cubanos habrían decidido dejar su delegación para desertar a Estados Unidos.
Si unos vinieron a Canadá para ir a Estados Unidos, otros vinieron de tierras estadounidenses para ganarse la gloria. Es el caso de la gimnasta estadounidense Laura Zeng, de sólo 15 años de edad, y que arrasó en Toronto 2015 con cinco oros en las pruebas individuales de la gimnasia rítmica.
Y hablando de esperanzas, en este caso rotas, uno de los momentos más gráficos fue la polémica caída de la estrella colombiana, y campeona olímpica en BMX, Mariana Pajón, pero que en Toronto terminó por los suelos fruto, según su hermano, de los codazos antideportivos de la estadounidense Alise Post.
En el capítulo más negativo de los Juegos Panamericanos Toronto 2015 hay otros dos momentos.
Por un lado los perennes casos de dopaje. De momento, la cifra oficial es ocho aunque hoy, el vicepresidente de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa), Ivar Sisniega, reconoció que el comité médico está investigando más casos.
El otro momento negativo fue la orden de arresto dictada por la Policía de Toronto contra el waterpolista brasileño Thye Mattos Ventura Bezerra, acusado de asaltar sexualmente de una mujer en la ciudad canadiense, aunque este procesa su inocencia.
En el ámbito deportivo, hay varias instantáneas que retratan Toronto 2015.
En primer lugar, una vez más, el dominio de Estados Unidos en el medallero. Los estadounidenses se van de Toronto con algo más de 100 medallas de oro, a gran distancia de los segundos, Canadá, y con más de 260 en total.
Por su parte, Canadá ha logrado su objetivo, situarse en el segundo lugar del medallero e igualar su mejor actuación en unos Juegos Panamericanos.
Brasil, que el próximo año celebrará en Río de Janeiro los Juegos Olímpicos, se ha aupado a la tercer posición del medallero como preparación de lo que sucederá en la ciudad carioca, relegando a Cuba a la cuarta posición.
Quien se siente en lo más alto del medallero es el comité organizador Toronto 2015, que, a pesar de las críticas, ha conseguido vender 1.050.000 entradas de un total de 1.300.000 que han estado disponible durante los Panamericanos.
Algunos de esos espectadores presenciaron en acción una de las mayores figuras del atletismo de la actualidad, la colombiana Caterine Ibarguen, en el momento que alcanzó en Toronto 15,08 metros en el salto triple, una cifra récord si no fuese por el viento.
Y si el esfuerzo de los deportistas es el motor de los Panamericanos, quizás el momento que mejor refleja ese sufrimiento es la llegada la meta de la mexicana Guadalupe González en la caminata de 20 kilómetros.
González ganó el oro con tiempo récord pero el esfuerzo hizo que se desmoronase nada más cruzar la línea de llegada y tuvo que recibir en vena suero para poder recuperarse.
Si la ceremonia de apertura marca el ritmo, la de clausura tiene que mantener el paso. Para adornar el momento, los organizadores cerrarán la fiesta con el rapero estadounidense Kayne West, el de origen cubano Pitbull y la canadiense Serena Rayder, interprete de la canción oficial de esta cita deportiva, “Together we are one”.
Fuente: EFE
