(Nueva York, 11 de agosto – AFP).- Los precios del petróleo cayeron el martes en Nueva York a su nivel más bajo en seis años tras una inesperada devaluación del yuan que hace temer por las exportaciones a China.
El barril de “light sweet crude” (WTI) para entrega en setiembre perdió 1,88 dólares, cerrando a 43,08 dólares, su precio más bajo desde marzo de 2009. Ese valor es bien lejano de los 98,08 dólares que costaba el barril hace un año.
En Europa el barril del Brent bajó 1,23 dólares a 49,18.
Esta recaída de los precios, iniciada a comienzos de julio, es desalentadora para los inversores luego de largos meses de estabilidad en torno a 60 dólares el barril.
“Lo que sostuvo el mercado durante algunos meses era la idea de que el nivel poco elevado de los precios podría impulsar nuevamente la demanda”, comentó Gene McGillian, de la firma Tradition Energy.
“Como China es el principal acto del lado de la demanda, el mercado no creció más”, añadió.
Entre una caída de casi 25% de la Bolsa de Shanghai desde mediados de junio y una serie de inquietantes indicadores sobre la actividad económica y las exportaciones, China, segundo consumidor mundial de crudo, da ahora menos esperanzas que a comienzos de año.
Pekín asestó un golpe este martes al mercado al devaluar la moneda en 2% frente al dólar lo que aviva el riesgo de menores exportaciones a China.
Todas esas inquietudes sobre la demanda caen sobre un mercado ya deprimido por una oferta excesiva que no muestra síntomas de reducirse ni en los países de la Opep ni en Estados Unidos.
Más que el mantenimiento de un techo teórico de producción de 30 millones de barriles diarios fijado en junio por la Opep, pesa el hecho de que el cartel supera ese techo en unos 2 millones de barriles diarios lo cual enfría aún más al mercado.
“La producción de la Opep está en su nivel más alto desde hace tres años e Irak y Arabia Saudita”, los mayores productores del cartel, “están bombeando a niveles jamás vistos desde los años 80″, advierte Matt Smith, de ClipperData.
Varios analistas se ha hecho eco de rumores acerca de que Arabia Saudita se encaminaría a reducir su producción pero la Opep rápidamente enfría esas esperanzas.
Por el lado de Estados Unidos, la producción no tiene síntomas de reducirse incluso cuando los analistas advierten dificultades en las empresas especializadas en petróleo de esquisto.