(Santiago de Chile, 18 de agosto. EFE).- El juez chileno Hernán Crisosto absolvió hoy por estar muertos al dictador Augusto Pinochet y a seis exagentes de la policía secreta y condenó a 77 miembros de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) por el secuestro calificado de Eduardo Ziede, detenido y desaparecido en 1974.
Se trata del primer caso de violaciones de los derechos humanos en el que Pinochet, si estuviera vivo, habría sido condenado.
Según informaron hoy fuentes judiciales, en esta causa se dictó sobreseimiento definitivo, por muerte, a Pinochet, Osvaldo Romo Mena, Luis Urrutia Acuña, José Ampuero Ulloa, Orlando Inostroza Lagos, Luis Villarroel Gutiérrez y al general Manuel Contreras Sepúlveda, este último fallecido el pasado 7 de agosto.
El magistrado Crisosto condenó a penas de 13 años de presidio a los generales retirados César Manríquez Bravo y Raúl Iturriaga Neumann, a los brigadieres Pedro Espinoza Bravo y Miguel Krassnoff Martchenko y al coronel Marcelo Moren Brito, en calidad de autores del delito de secuestro calificado (desaparición).
Todo ellos ya están en prisión, cumpliendo condenas por otros casos de violaciones de los derechos humanos.
En tanto, deberán cumplir 10 años de presidio, también como autores del delito de secuestro calificado, 37 exmiembros de la policía secreta, y en calidad de cómplices deberán cumplir 4 años de presidio, sin beneficios, otros 35 exagentes.
Ziede, de 27 años, es considerado una de las víctimas de la llamada Operación Colombo y fue detenido en 1974 por agentes de la DINA, quienes lo trasladaron al recinto de reclusión clandestino “Londres 38″, donde fue interrogado bajo tortura para obtener información respecto de otros integrantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), al que pertenecía.
En julio de 1975 apareció un listado de 119 chilenos fallecidos en el extranjero, en supuestos enfrentamientos con fuerzas de seguridad o por ajustes de cuentas entre ellos, según la prensa de entonces.
La realidad es que los 119 nombres incluidos en la lista fueron víctimas de la Operación Colombo, un montaje de la dictadura para encubrir sus desapariciones, que contó con la colaboración de los regímenes militares de Argentina y Brasil, donde se publicaron ediciones únicas de dos periódicos, “Lea” y “O Novo Día”, en los que se afirmaba que murieron en luchas entre facciones internas del MIR.
La Operación Colombo es considerada el primer episodio de la Operación Cóndor, que fue una coordinación entre las dictaduras militares de los países del Cono Sur para eliminar opositores.
Durante la dictadura de Pinochet, según cifras oficiales, unas 3.200 personas murieron a manos de agentes del Estado, de las cuales 1.192 figuran aún como desaparecidas, y más de 33.000 como secuestradas, torturadas y encarceladas por causas políticas.
Al morir, en diciembre de 2006, Pinochet estaba procesado en algunos casos de la Operación Colombo y de la “Caravana de la Muerte”, una comitiva militar que en 1973 recorrió Chile y asesinó a cerca de un centenar de presos políticos que fueron sacados de las cárceles con ese fin.
También estaba procesado por falsificación y uso de pasaportes falsos y por fraude tributario, además de desaforado (paso previo al procesamiento) por malversación de caudales públicos en un juicio que investigó el origen de su fortuna.