Nicaragua fortalece desde hoy, casa a casa, su lucha contra el mosquito aedes aegypti, transmisor del chikunguña y del dengue, que no dan tregua en América Latina y se han cobrado la vida de tres niños en el país centroamericano desde mediados de julio.
Después de declarar la alerta sanitaria nacional el pasado jueves, el Ministerio de Salud (Minsa) decidió intensificar desde este lunes las visitas a viviendas para detectar casos de fiebre e incluir orientaciones educativas a la lucha antiepidémica.
Además, durante los próximos meses se acentuarán en el país las jornadas de limpieza, la fumigación con pesticidas y la eliminación de criaderos de mosquitos, de forma coordinada con alcaldías, organizaciones comunitarias y la población en general.
Grupos de fumigación y abatización del Minsa, así como médicos y enfermeras, se movilizan para sensibilizar a la población y pedirle que permita la entrada a sus viviendas de las brigadas.
Estos cuerpos insisten a las familias que mantengan limpios los patios, les recuerdan la importancia de no guardar agua en recipientes al aire libre y recomiendan que ante cualquier síntoma febril, acudan inmediatamente a la unidad de salud más cercana para recibir la atención debida.
“Estas medidas son muy necesarias porque si no controlamos al invasor (…), la enfermedad va a seguir, y es necesario que todos cooperemos (…) Aquí tenemos a la comunidad escolar y es nuestra responsabilidad tener todo limpio”, manifestó la directora de una escuela capitalina que recibió a brigadistas del Minsa.
El Ministerio ha dicho que mantendrá este plan especial de prevención y control de los virus durante los meses de agosto a noviembre, el período más húmedo del año en Nicaragua, que se traduce en más agua estancada y mayor proliferación de mosquitos.
Nicaragua ha reportado 2.853 casos de chikunguña este año, y acumula 5.548 desde que la enfermedad se detectó en el país en julio de 2014 hasta la fecha, según los datos del Ministerio de Salud.
En cuanto al dengue, con menor incidencia, la última semana se contabilizaron 84 nuevos casos, sumando 487 hasta la fecha.
La coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, y primera dama de la nación, Rosario Murillo, dijo este lunes que van 200.000 criaderos destruidos, 40.000 viviendas fumigadas, 30.000 abatizadas y miles de personas y estudiantes capacitadas en prevención y protección contra el dengue y el chikunguña.
Actualmente no existen medicamentos antivirales para tratar las fiebres de estos virus, solo reposo, hidratación y consumo medicado de acetaminofén, por lo que la prevención es la única arma para evitar el contagio.
El chikunguña llegó a Nicaragua el 9 de julio de 2014, de la mano de una hondureña de 24 años y su hija, que lo habían adquirido en República Dominicana antes de viajar a Nicaragua.
Este virus, que en idioma makonde (Tanzania) significa “aquel que se encorva”, apareció por primera vez en la década de los años 50 del siglo XX en esa región de África Occidental y desde allí emigró a Tailandia y a la India.
La enfermedad provoca fiebre, erupción en la piel en el 50 % de los infectados, conjuntivitis en algunos casos y dolor de las articulaciones, que aproximadamente el 30 % de los afectados vuelve a sufrir de manera crónica durante meses o incluso hasta uno o dos años.
A pesar de los esfuerzos del Gobierno previos a la llegada del virus al país, con medidas de fumigación y vigilancia en las fronteras, la lluvia y la falta de una campaña para educar a la población propagaron la enfermedad, según organizaciones no gubernamentales como el Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (Cisas).
El jueves pasado, Murillo informó del primer fallecido a causa del chikunguña en Nicaragua, un niño de 22 meses.
Además, en los meses de julio y agosto otros dos menores han perdido la vida a causa del dengue.
Fuente: EFE