El Centro de Investigación Nuclear que planea el Gobierno boliviano se construirá en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, tras el rechazo hacia el proyecto de los vecinos de la zona paceña de Mallasilla, donde inicialmente estaba previsto que se situaran esas instalaciones.
La nueva ubicación fue anunciada este miércoles a los medios por la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto, tras una reunión de sus representantes con el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien aceptó la oferta de los alteños de acoger el centro nuclear.
Posteriormente la viceministra de Electricidad y Energías Alternativas, Hortensia Jiménez, confirmó la elección de esa ciudad para construir el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear, en un plazo de cinco años y con una inversión de unos 300 millones de dólares.
"Ahora que ya tenemos el terreno vamos a poder iniciar la etapa de la ingeniería de la construcción", indicó la viceministra a los periodistas, y agregó que el centro generará unos doscientos empleos directos.
La construcción del centro de investigación nuclear forma parte del plan civil de energía atómica con fines pacíficos anunciado por el Gobierno boliviano en 2014 y que cuenta con el respaldo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU.
Según anunció este miércoles la Fejuve tras reunirse con Evo Morales, las instalaciones se construirán en el Distrito 8 de El Alto con el respaldo "unánime" de los vecinos.
El Gobierno había decidido inicialmente que el centro de investigación nuclear se construiría en Mallasilla, un barrio periférico en la zona sur de La Paz, pero ante la frontal oposición de los vecinos dio marcha atrás y anunció que estudiaría otro emplazamiento.
Los habitantes de Mallasilla basaban su rechazo al proyecto en que la presencia de una instalación nuclear devaluaría sus viviendas y podría perjudicar al ganado y los cultivos de ese área.
Por contra, para el Ejecutivo, la oposición de los vecinos se debió a motivos políticos.
Morales ha defendido que Bolivia es el único país suramericano que no tiene un centro de investigación de estas características y ha opinado que quienes se oponen al proyecto "son enemigos de Bolivia, enemigos del desarrollo y enemigos de la liberación".
EFE