Científicos de la Universidad San Francisco de Quito y de la Universidad North Carolina (EE.UU.) llevan a cabo una expedición al archipiélago ecuatoriano de Galápagos para conocer los efectos que el fenómeno El Niño podrían tener en "especies clave" de sus ecosistemas, como iguanas, lobos marinos y tortugas.
Técnicos de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (PNG) participan también en las investigaciones junto a la Agencia de Regulación y Control de la Bioseguridad y Cuarentena para Galápagos, que se encarga de la toma de muestras para recabar información sobre la salud de las especies, informó el PNG en un comunicado.
Los cambios en la temperatura del mar y los niveles de productividad primaria son sometidos a seguimiento en diferentes sitios del archipiélago, indicó la institución al explicar la relación de ambos factores con el fenómeno El Niño y con la disminución en la producción de nutrientes primarios.
A causa de esta disminución, la mayoría de especies marinas se ven afectadas por la falta de alimento, señala el comunicado.
Los científicos visitarán durante 15 días las principales colonias de lobos marinos, iguanas, tortugas y aves marinaspara tener información de la tasa poblacional, la reproducción, alimentación y migración de las especies.
Se levantarán censos y se estudiará el comportamiento de las principales especies marinas en trece islas del archipiélago.
La información que se recopile será procesada y almacenada en el sistema de información ambiental del parque y servirá para elaborar estrategias de conservación de las especies.
Las Islas Galápagos, situadas a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador, deben su nombre a las tortugas gigantes que las habitan y son consideradas un laboratorio natural que permitió al científico inglés Charles Darwinformular su teoría sobre la selección natural de las especies.
Este archipiélago fue declarado en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
EFE